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Los venezolanos se arriesgan a un choque civil
Siete muertos desde el domingo por la violencia de la que Maduro culpa a Capriles, al que avisa de que no podrá protestar hoy en la capital
LA HABANA. Actualizado: GuardarLa negativa de la oposición a reconocer los resultados de las elecciones del domingo y la rápida proclamación de Nicolás Maduro como presidente de Venezuela generaron protestas violentas que dejaron al menos 7 muertos, 61 heridos y 135 detenidos por saqueos a mercados, a consultorios médicos y a tiendas particulares, quema de cartones y ataques con piedras a casas de funcionarios chavistas y a la Policía, que respondió con gases lacrimógenos. En gran parte del país retumbó un cacerolazo de seguidores del opositor Henrique Capriles, quien, según la fiscal general, Luisa Ortega, no ha presentado todavía la impugnación oficial en el Consejo Nacional Electoral (CNE). El Gobierno de Nicolás Maduro denuncia la gestación de un golpe de Estado de las fuerzas «amarillas».
El heredero de Hugo Chávez rechazó el asalto contra médicos cubanos y criticó el acoso y las amenazas de muerte contra dirigentes chavistas, entre ellos la presidenta del CNE, Tibisay Lucena. La oposición rechaza la estrecha colaboración de Cuba y Venezuela, y también ha sufrido acoso por parte de los sectores más radicales del chavismo. «¿Qué habría pasado si yo hubiera dicho 'vamos a las calles a quemar las sedes de los 'amarillos'?», preguntó Maduro. «Y si nos volviéramos locos y lanzáramos todo este pueblo a sus casas, qué diría la prensa burguesa, que somos unos fascistas, y no los somos, y por eso no lo haremos nunca». En la inauguración de un centro médico atendido por especialistas de Cuba dentro de la Misión Barrio Adentro, el presidente electo pidió paz y no caer en provocaciones.
Lo mismo reclamaba Capriles a sus seguidores a través de Twitter: Que «nadie caiga en provocaciones, esta lucha es firme pero pacífica! A nosotros nos interesa que reine la Paz! Al ilegítimo no!». En otro mensaje agregó: «Los que están conmigo aman la PAZ! Nadie se salga de ese camino! El Gob(ierno) quiere violencia! Nadie pise el peine! El ilegítimo (Maduro) quiere eso». El dirigente opositor reiteró su petición al CNE de recontar voto a voto. «Hoy en PAZ movilizaciones en todos los Estados a las oficinas regionales CNE».
De hecho, desde la mañana había marchas ante varios centros de la autoridad electoral del país. «No se va a permitir la marcha al centro de Caracas, no la voy a permitir. Mano dura voy a poner contra el fascismo y contra los que atenten contra la democracia. Si quieren derrocarme, vengan por mí, aquí estoy», respondió Maduro.
Alerta de un plan golpista
Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional y vicepresidente del PSUV, insistió en que se prepara un plan golpista similar al de 2002. Adelantó que el Parlamento abrirá una investigación contra Capriles por su supuesta responsabilidad en la ola de violencia y que propondría «acciones penales». Convocó además a una «vigilia» en todas las plazas del país. Con los ánimos tan exaltados, cualquier incidente podría encender una chispa de consecuencias impredecibles.
El secretario ejecutivo de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), Ramón Guillermo Aveledo, recordó que su convocatoria reclama «actividades pacíficas porque somos gente de paz. Ninguna actividad que se aparte de ese patrón tiene nuestro respaldo. Todo lo contrario. Merece nuestra condena». Sin embargo, Telesur mostró imágenes de rejas rotas, sedes del PSUV atacadas, una foto colgada en las redes sociales por José Guarapo, dirigente de ese partido, de la pintada en la puerta de su casa: «Muérete, maldito chavista». Los ganadores de las elecciones denunciaron además que el antichavismo usa fotografías de 2010 para acreditar la destrucción de urnas. Hay un detenido por este asunto.
Un 'tuit' del periodista Nelson Bocaranda, conocido por revelar detalles de la enfermedad Chávez, informaba de que «hay urnas escondidas y los cubanos de allí (un consultorio de Gallo Verde) no las dejan sacar». Enseguida retiró el mensaje pero los ataques contra los profesionales de la salud cubanos arreciaron. Y todo esto en un día en que la normalidad debía haber regresado al país. El 70% de los alumnos volvieron a las aulas, pero en las reabiertas escuelas faltaron estudiantes y, ante tal inseguridad, la Policía permanecerá acuartelada por lo menos hasta el sábado.
La tranquila jornada electoral del domingo acabó como el rosario de la aurora cuando se conocieron unos resultados que daban una ventaja mínima a Maduro, menos del 2%, sobre Capriles. El gobernador de Miranda insistió en pedir el recuento total. El ganador dijo acceder, pero el CNE lo proclamó presidente deprisa y corriendo el mismo lunes por la tarde. El abogado opositor se preguntaba: «¿Cuál es el apuro?». El CNE revisó el 54 % de las urnas, pero Capriles exige el 100% porque cree haber ganado. Sus simpatizantes le piden que presente las pruebas de las irregularidades e intimidaciones y critican a los observadores internacionales que avalaron el automatizado sistema electoral.
El nuevo presidente invitó a los medios -gran cantidad de ellos, sobre todo periódicos, en manos privadas- a la «sensatez». En una intervención retransmitida obligatoriamente en cadena nacional en la que afirmó que «la alianza con Cuba lo que va a hacer es fortalecerse», los emplazó: «Defínanse si van a estar con la patria y la paz o con el fascismo y la violencia».