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Isabel Pantoja es condenada a dos años de cárcel por blanqueo pero no irá a prisión
El fallo estima que la cantante, de forma consciente y planeada, puso sus sociedades al servicio del exalcalde de Marbella Julián Muñoz
SEVILLA. Actualizado: GuardarLa dificultad de Isabel Pantoja para articular una explicación «coherente y creíble» a los elevados ingresos en efectivo que registraron sus cuentas desde que inició su relación sentimental con Julián Muñoz, especialmente en el año 2003, fue uno de los elementos determinantes para condenarla a dos años de cárcel por blanqueo de capitales, según se desprende de la sentencia conocida ayer. La cantante no pisará la cárcel al ser una pena menor y carecer de antecedentes penales; no así su expareja, que salió de la Audiencia de Málaga en un furgón directo a la prisión para cumplir una condena de siete años por blanqueo y cohecho pasivo. El juez determinó el encarcelamiento inmediato del exalcalde de Marbella ante el riesgo de fuga por la cantidad de condenas que acumula y las que aún tiene pendientes.
La sentencia del 'caso Blanqueo' es una de las primeras vinculadas al mayor escándalo de corrupción de Marbella, y puede sentar las bases sobre cómo quedarán los implicados en esa pieza principal. En esta, los informes económicos que acreditan los desfases patrimoniales han sido vitales para que todos salgan condenados, aunque solo tres de ellos entrarán en prisión, Muñoz, su exmujer Maite Zaldivar y Jesús, el hermano de esta. Ambos han sido condenados a tres años y tres meses de cárcel y a multas de 2,48 millones de euros y 1,78 millones, el doble de lo 'blanqueado'. El resto de imputados, el promotor José Miguel Villarroya, y dos empleados de banca, han sido condenados a un año y medio de cárcel cada uno por los delitos de cohecho activo en el primer caso y blanqueo en los otros.
El fallo sitúa a Muñoz como la pieza angular, que dispuso un entramado de sociedades pantalla, testaferros y compra de bienes para limpiar un dinero ilícito, que Anticorrupción situó en más de 3,5 millones de euros. Una trama que se prolongó en el tiempo y en la que se valió de sus parejas sentimentales. La Audiencia insiste en que ambas mujeres, Zaldívar y Pantoja, conocieron en todo momento el origen irregular del dinero, que Muñoz empieza a obtener desde 1991.
El fallo también sostiene que el exalcalde estaba ya inmerso en procesos judiciales por corrupción. Y aun así, ambas se prestaron a colaborar para beneficiarse, según la sentencia, que reconoce a lo largo de las 277 páginas que el 'modus operandi' de mezclar el dinero obtenido de forma lícita en actividades profesionales con los fondos logrados de manera anómala es el habitual de los delitos de blanqueo.
Plan preconcebido
En el caso de Isabel Pantoja, el tribunal asegura que, tras iniciar la relación con Muñoz, «ejecutaron un plan preconcebido para aflorar dinero y ganancias» obtenidas por el entonces regidor «en sus actividades delictivas» y de las que ambos «pretendían disfrutar en beneficio propio». Así, y aparentemente de forma conjunta, ambos adquieren el apartamento del hotel Guadalpín y el chalé Mi Gitana, aunque era Muñoz quien pagaba.
De hecho, según la sentencia, cuando se produce la moción de censura en 2003 y Muñoz deja de «ingresar» dinero, se frustran las operaciones de blanqueo mediante la compra de explotaciones ganaderas e incluso la del chalé. El impago de las cuotas durante dos años obligó a la cantante a renegociar con el banco una renovación, en la que reconoció el esfuerzo económico que tendría que hacer para afrontar el resto de la deuda.
El fallo tiene en cuenta además que la defensa no ha logrado justificar suficientemente que el elevado volumen de efectivo que manejaba la artista correspondía a sus conciertos y la venta de exclusivas a los medios de comunicación.
La sentencia demuestra la total impunidad con la que Muñoz y su mujer creían actuar a la hora de gastar y beneficiarse del dinero obtenido ilícitamente por el exalcalde. En el caso de Maite Zaldívar, pese a que se le pedía una pena similar a la de Pantoja, su condena ha sido mayor al entenderse que tuvo una participación activa en las actividades de blanqueo y que se trató de un delito continuado en el tiempo. De hecho, no se interrumpió cuando se rompió la pareja.