Sociedad

Rouco presiona al Gobierno para que elimine el aborto y el matrimonio gay

El presidente de la Conferencia Episcopal liga la interrupción del embarazo con el envejecimiento de la población

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La jerarquía eclesiástica afeó ayer al Gobierno de Rajoy su indolencia para resolver las cuestiones del aborto y el matrimonio homosexual. «Los pasos dados en estos meses hacia la resolución de estos graves problemas resultan todavía insuficientes», aseguró el presidente de la Conferencia Episcopal, Antonio María Rouco, durante la asamblea plenaria de obispos. Pese a que el Ejecutivo ha hecho concesiones a la Iglesia al suprimir la asignatura de Educación para la Ciudadanía y realzar el rango de la clase de religión, los obispos no están satisfechos. No comprenden que el Gobierno haya aplazado la reforma sobre la legislación del aborto.

Rouco hizo una apelación directa a la conciencia de los dirigentes políticos y aseveró que, en materia de principios morales, sus responsabilidades «no admiten derogaciones ni excepciones». En este sentido, exhortó al Gobierno a que aborde de forma urgente el amparo del derecho a la vida. «No es fácil entender que todavía no se cuente ni siquiera con un anteproyecto de ley que permita una protección eficaz del derecho a la vida de aquellos seres humanos inocentes que no por hallarse en las primeros estadios de su existencia dejan de gozar de ese básico derecho fundamental», denunció el arzobispo de Madrid.

Para Rouco, el aborto es un «sangrante problema social» que está teniendo efectos palpables en la demografía. «¡España envejece y se debilita!», advirtió el cardenal.

El Gobierno está pendiente de que el Tribunal Constitucional se pronuncie sobre la actual ley de plazos sobre interrupción del embarazo para legislar al respecto. El ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, cree a título personal que la actual legislación no presenta «signos de inconstitucionalidad». No obstante, el Gabinete de Rajoy piensa reformar la norma actual y, por lo declarado hasta ahora, su intención pasa por eliminar la ley de plazos para volver a tipificar una serie de supuestos con el fin de poder abortar.

«Filiación»

El presidente del episcopado también cargó contra el matrimonio homosexual, una cuestión que no afecta solo a la privacidad de las personas, sino que atañe a la «estructuración básica de la vida social». «Se trata de proteger adecuadamente un derecho tan básico de los niños como es el de tener una clara relación de filiación con un padre y una madre, o el de ser educados con seguridad jurídica como posibles futuros esposas o esposos», dijo Rouco, quien metió prisas a los poderes públicos. «Sobre el gobierno y el legislador recae en este campo una grave responsabilidad propia y cierta, que no puede ser transferida ni eludida», apostilló.

Rouco Varela enumeró toda una serie de carencias y amenazas que penden sobre los españoles, desde los efectos devastadores de la crisis económicas hasta la desprotección ante el aborto y las bodas gais. «Persiste la crisis económica con su cortejo de paro -especialmente de desempleo juvenil- y de falta de medios para hacer frente a los compromisos contraídos en la adquisición de viviendas o a la debida atención a los ancianos y a los emigrantes», aseveró Rouco. Para el representante de la jerarquía eclesiástica, los católicos pueden optar por diversas opciones políticas para resolver todo estos problemas, pero lo que no pueden abrazar es el relativismo.

En la parte de su discurso tocante a la situación económica, Rouco demandó a empresarios y financieros que «huyan de la codicia y ambición desmedida, actuando siempre de acuerdo con los imperativos de la honradez y de la auténtica solidaridad». El presidente de la Conferencia Episcopal instó a los agentes políticos y sociales a que mantengan un escrupuloso respeto de «la ley civil y de la ley moral», al tiempo que les exhortó a que contribuyan al bien social con «espíritu de lealtad y concordia».

Tampoco place a los obispos la legislación educativa, pese a que la reforma que prepara el ministro José Ignacio Wert recoge algunas de sus reivindicaciones históricas. Para los prelados, la formación ética y religiosa está en entredicho al sufrir la erosión de un currículum cargado de materias demasiado permeables «al relativismo y la ideología de género».

Rouco no se refirió a cuestiones de actualidad política, aunque mencionó la «difícil situación» por la que atraviesa el país. El cardenal habló de la crisis para alertar del peligro de que la paz social se haga trizas.