Nicolás Maduro reza tras depositar su voto. Abajo, Capriles. :: AFP / REUTERS
MUNDO

Venezuela ya camina sin Chávez

La alta participación enciende unos comicios marcados por el recuerdo del comandante

LA HABANA. Actualizado: Guardar
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La normalidad y una concurrencia fluida y masiva -aunque por etapas y con algunas colas- fueron la tónica general en las elecciones presidenciales celebradas ayer en Venezuela, en las que cerca de 19 millones de electores decidían el futuro del país hasta 2019. Y lo hicieron entre la propuesta de continuidad chavista representada por Nicolás Maduro, favorito de las encuestas, y el opositor Henrique Capriles, que se define como progresista pero aboga por las privatizaciones, la reducción del papel del estado y mayor austeridad. Ayer, ambos invitaban a acudir a las urnas.

Poco antes de las dos del mediodía, Capriles votaba en un colegio Santo Tomás de Villanueva al este de Caracas, muy cerca de su domicilio. Tanto que llegó caminando entre los vítores de sus simpatizantes. Tras emitir su papeleta la besó antes de depositarla en la urna. El 'Flaco', que había pedido «el voto graneadito (espaciado)», acudió al colegio antes de lo previsto y animó a sus compatriotas a hacerlo en «avalancha».

«Salgamos ya a votar y después la auditoria ciudadana. Algo bueno está pasando y algo bueno va a pasar en Venezuela», deseó Capriles.

Un rato después ejercía su derecho Nicolás Maduro. Lo hacía en el oeste de la capital acompañado de toda su familia. El candidato socialista fue recibido con gritos de 'Chávez vive, la lucha sigue' y también por los allegados del fundador del socialismo del siglo XXI, que con este gesto validaban la voluntad de su padre y suegro. El excanciller y exautobusero de 50 años que se presentó con el mensaje 'Yo soy Chávez. Todos somos Chávez', dijo que llegaba a esa consulta -la 18 desde 1998- por «amor, amor por el gigante y por la patria».

Respecto al desarrollo de la jornada, la presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Tibisay Lucena, se felicitó porque, según dijo, «la novedad de este proceso electoral es que no hay novedad. Tenemos cuatro personas que han destruido el comprobante del voto», resumió. La responsable del sistema electoral -100% auditable y por su automatización «el más seguro del mundo», según el Centro Carter, junto con Unasur, acompañante internacional-, enfatizó que la destrucción del material electoral está penada por la ley.

Según Lucena, «hay un flujo, un grupo grande de personas que van a votar tempranito. Esa es la primera ola. Luego a las 14.00 horas se registra otra ola y luego después de las 16.00 horas. Ese es el comportamiento regular de los votantes venezolanos». En rueda de prensa también recordó a las «organizaciones políticas, especialmente a los comandos de campaña, que no se puede hacer ningún tipo de propaganda electoral». Por su parte, Jorge Rodríguez, jefe del oficialista comando Hugo Chávez, confirmó que a primera hora de la tarde, unos 11,5 millones de votantes ya habían depositado la papeleta.

Doce horas

La mayoría de los 13.638 centros de votación, con 39.018 mesas electorales, abrieron sus puertas a las 6 de la mañana (12.30 del mediodía en España). Debían permanecer operativos por doce horas o más si había votantes esperando. Sin sondeos a pie de urna, el primer y único boletín del CNE debía esperar a tener computados la mayoría de las mesas y siempre que la tendencia del voto fuera irreversible. Todas las autoridades recordaron la importancia de que todos los aspirantes respetaran y reconocieran los resultados. Nicolás Maduro se comprometió a hacerlo. Henrique Capriles no firmó el compromiso.

El candidato del oficialismo, de 50 años, fue elegido presidente encargado tras la muerte de Hugo Chávez a causa de un cáncer el pasado 5 de marzo, que en su último mensaje público lo nombró su sucesor y pidió el voto si su salud no le permitía seguir gobernando y se llegaba a un escenario como el de ayer.

Capriles, un abogado de 40 años y gobernador del estado de Miranda es su principal rival. Llegó a estos comicios, un tanto forzado por las circunstancias, después de perder el 7 de octubre pasado frente a Chávez. Algunos analistas apuntan que si pierde sería el fin de su carrera política. Salir adelante con la complicada situación económica y política del país será difícil para cualquiera que gane. «Quien resulte electo el domingo no la va a tener fácil. Hay unos problemas apremiantes que tiene la economía venezolana que necesitan solución, que se han venido acumulando», declaró el director de Ecoanalítica, Asdrúbal Oliveros.