Mahmud Ahmadineyad, el pasado 4 de febrero. :: AFP
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¿Quién será el nuevo Ahmadineyad?

A falta de dos meses para los comicios, Irán pone a funcionar la maquinaria electoral con la búsqueda de aspirantes leales al ayatolá Jamenei

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«He dado este paso al frente para salvar la economía de Irán y forjar una relación constructiva con el resto del mundo a través de un Gobierno de esperanza y sentido común». Estas fueron las palabras Hassan Rohani al anunciar su candidatura a la presidencia de la república islámica. El exnegociador nuclear durante el mandato de Mohamed Jatami es el último de una lista de 15 nombres que por el momento ha mostrado públicamente su intención de presentarse a las elecciones y lo ha hecho hablando de economía, la gran preocupación de los ciudadanos de a pie debido al fuerte efecto de las sanciones internacionales impuestas al programa atómico.

La campaña ya está en marcha, aunque de todos ellos finalmente solo podrán participar en la cita con las urnas aquellos que superen el filtro del Consejo de Guardianes, órgano formado por doce religiosos y expertos en leyes islámicas, la mitad elegidos directamente por el Líder Supremo, ayatolá Jamenei, y la otra mitad por el Parlamento. La comisión decretará a mediados de mayo la nómina final de candidatos aptos -que suelen ser normalmente tres o cuatro- para acceder al puesto.

Jamenei busca sustituto para Ahmadineyad, al que la ley no le permite presentarse a una tercera reelección consecutiva, y como señaló recientemente en un encuentro con sus seguidores en Mashad, al este del país, el nuevo presidente «debe tener los puntos fuertes del actual, menos sus puntos débiles». Ahmadineyad se despedirá del cargo después de ocho años y ha elegido como sucesor a su número dos Esfandiar Rahim Mashaei, una figura controvertida a la que sus detractores acusan de ser el culpable de que el dirigente se haya apartado progresivamente del Líder.

La falta de sintonía del presidente con Jamenei ha divido al bloque ultraconservador y ha supuesto la irrupción de una corriente que los medios iraníes han bautizado como «desviacionista» frente a los 'usulgaran' o principalistas, los más leales a Jamenei. A falta de reformistas, cuyos líderes siguen en arresto domiciliario, este pique interno en el seno de los más conservadores es la incógnita que habrá que despejar.

El movimiento de Ahmadineyad apostando por su número dos «sería similar al que se produce en Rusia entre Putin y Medvedev. Mashaei sería el Medvedev elegido para hacer de puente hasta que en 2017 pueda volver a presentarse Ahmadineyad», es la explicación telefónica de un periodista iraní que advierte de que «en las elecciones siempre hay sorpresas».

En el mitin de presentación de su candidato, el dirigente ultraconservador confesó que el país necesita «reformas radicales» y ya prepara una puesta en escena multitudinaria en el estadio Azadi de Teherán, donde celebrará un nuevo acto bajo el eslogan 'Zendeh Bad Bahar' (Viva la primavera). Una especie de llamada a que Irán se suba a la ola de las primaveras árabes para que el próximo Gobierno sea «transparente». Después de dos legislaturas marcadas por el desafío nuclear y la deficiente gestión económica, Ahmadineyad sorprende con esta propuesta tardía de unos cambios que no se han atisbado durante sus mandatos.

Opciones descartadas

La agencia Isna publicó esta semana una encuesta de intención de voto que otorga a la corriente de Ahmadineyad un 41,3% de apoyos, seguida de los reformistas con un 33% y los principalistas, que obtuvieron una mayoría aplastante en las elecciones legislativas del año, logran el 23,1%. Pero estos sondeos y el resto de actos previos a la decisión del Consejo de Guardianes no tienen efectos prácticos y expertos como Meir Javedanfar, profesor de Ciencias Políticas en la universidad israelí de Herzliya, piensan que «el candidato ideal deberá ser absolutamente leal al Líder. Jamenei debe estar seguro de que el nuevo presidente asuma que su posición es la de un soldado fiel a su comandante». Por ese motivo, habría que descartar «posibles candidaturas reformistas como Jatami o Rafsanyani o a la mano derecha de Ahmadineyad, Mashaei», subraya en un artículo reciente publicado en Al-Monitor.

El núcleo duro de los más leales lo forman Gholam Ali Hadad Adel y Ali Akbar Velayati y sus nombres son los que suenan con más fuerza para ocupar el sillón presidencial los próximos cuatro años. Hadad Adel, cuya hija está casada con Mojtaba Jamenei, hijo del Líder y su posible sucesor como Guía Supremo de la revolución islámica, fue expresidente del Parlamento y figura en todas las quinielas en las primeras posiciones junto a Velayati, exministro de Exteriores y asesor en asuntos internacionales del ayatolá Jamenei.