La añoranza por Quiñones recorre Cádiz
La Ruta Popular en recuerdo del autor gaditano toma solera en su tercera edición
CÁDIZ. Actualizado: GuardarHortensia Romero estuvo ayer más viva que nunca. El espíritu de 'La Legionaria' derrochó frescura dejándose caer en cada esquina de un Cádiz deslumbrante, para acompañar al séquito del santo laico gaditano, Joaquín Quiñones. La procesión partió temprano para tratarse de poesía, pero «el camino era largo, riau, riau», como decía Juanito el del Cascana en cada esquina con su megáfono. Unas sesenta personas se dieron cita en Santa María para redescubrir los rincones más queridos del autor. Abrió la ruta Luis García Gil, seguido de la lectura de Rosario Troncoso y las canciones de Inma Márquez. Después, un obligado saludo al busto de Enrique el Mellizo, donde se repasó la faceta flamenca de Fernando Quiñones con Montse Torrent y Josela Maturana.
'La Legionaria' tomó protagonismo en el Pay Pay, representada por Josela Maturana, José Manuel Benítez Ariza, Pepe Pettenghi y Carmen Moreno, acompañados del cante de Paco Medina y Verónica Díaz. Uno de los momentos mágicos de esta III Ruta. Desde la puerta del Ayuntamiento, con parada incluida, hasta la Candelaria, el séquito acumuló un leve retraso en el que los distintos grupos literarios de la provincia recorrieron sus obras. Y tras la lectura de varios textos del escritor gaditano; «riau, riau, riau, vámonos».
Justo antes de llegar a la plaza Mina, una paradita improvisada en el patio de Bellas Artes, y una oda dedicada al drago muerto; seriedad absoluta y guasa gaditana, a partes iguales. Entre los presentes más conocidos, Jesús Quintero, que llegado el momento crítico del responso del drago acudió a buscar una fresquita en la plaza Mina. Al mismo tiempo, la periodista Ana Rodríguez leyó un pasaje de 'La Canción del Pirata', con todo el séquito refugiado a la sombra, en las escaleras del Museo de Cádiz. Y justo después, una especie de besamanos, en la librería Manuel de Falla, donde, a cambio de la devoción mostrada por los textos manuscritos que exhibe su escaparate, regalaron un ejemplar a cada devoto de 'La Legionaria', la obra embrión de 'Las mil noches de Hortensia Romero'.
Besamanos por 'la Legionaria'
Acto seguido, todos corriendo a la Biblioteca Provincial, que iba tocando la bocina del funcionario que cierra la puerta. Allí hubo tiempo para unas pinceladas más serias y críticas que terminaron, felizmente, con las alegrías de Fernando Quiñones entonadas por Carmen de la Jara, con la guitarra de Juan José Alba.
Pasadas las dos de la tarde y a punto de caer rendidos ante cualquier barra de bar, la procesión en pleno acudió a la Alameda, donde José Ramón Ripoll analizó la adaptación que hizo junto a Quiñones de la ópera 'Carmen' de Bizet. En el Baluarte de la Candelaria le tocaba el turno a Desirée Ortega, quien habló sobre la relación del chiclanero con la compañía La Tía Norica. Otros admiradores de la obra del autor gaditano como el artista Martínez Ares, Miguel Ángel Argüez, Julio Malo de Molina fueron dando pinceladas de sus vivencias relacionadas con Quiñones recorriendo el Parque Genovés camino de La Caleta. La ruta terminó con la entrega de una corona de arenques al monumento de Fernando Quiñones y con una fiesta en la Peña Juanito Villar.