Economia

De Guindos confía en sellar un «consenso» con Bruselas para relajar el déficit

El Gobierno español aspira a disponer de dos años adicionales, hasta 2016, para corregir el desfase del presupuesto de las administraciones

DUBLÍN. Actualizado: Guardar
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El ministro de Economía, Luis de Guindos, confió ayer en que la Comisión Europea avalará el plan de estabilidad que presentará el Gobierno a finales de mes. Este programa incluirá una senda suavizada para reducir el déficit que negocia actualmente con el Ejecutivo comunitario. El titular económico confirmó los «contactos» a distintos niveles y precisó que cuenta con alcanzar un «consenso» con Bruselas. Aunque eludió concretar las cifras, Mariano Rajoy aspira a disponer de dos años adicionales -hasta 2016- para corregir los desfases presupuestarios. En este ejercicio, espera que el techo de gasto se eleve hasta el 6% frente al 4,5% fijado actualmente. La Comisión, que también analiza si da más margen a Francia, no ofrecerá su veredicto definitivo hasta mayo.

De Guindos reconoció que todavía no goza de «ninguna garantía» de Bruselas, pero se mostró optimista sobre un posible acuerdo. En cualquier caso, el respaldo de la Comisión depende del plan de reformas que el Gobierno presentará en paralelo el próximo día 26. El comisario de Economía, Olli Rehn, ha insistido esta semana en que España debe profundizar en la reforma laboral y en la de las pensiones. El titular español dio a entender que no se producirán grandes modificaciones en el mercado de trabajo porque las instituciones europeas apuntan más en dirección a las políticas activas de empleo. En cuanto a las jubilaciones, los cambios que se preparan buscan limitar las actualizaciones de las pagas en función de la evolución del IPC.

La reunión de los ministros de Finanzas también permitió avanzar en la unión bancaria, una cuestión que España considera indispensable para que el crédito vuelva a fluir y llegue hasta empresas y familias cuando el sistema financiero esté plenamente saneado.

Los socios alcanzaron un acuerdo preliminar sobre las recapitalizaciones directas de la banca a través del fondo de rescate. Para evitar que los países beneficiarios no se desentiendan del saneamiento de las entidades, los gobiernos deberán abonar una parte de las inyecciones. Según explicó De Guindos, los países serán responsables de las primeras ayudas para garantizar la solvencia de las firmas. Además, correrán con un 10% de la factura final del salvavidas. Este esquema responde a las exigencias de Alemania, que se negaba a que el Mecanismo Europeo de Estabilidad (Mede) tuviera que pagar los rescates en solitario.