Economia

España se suma a la ola europea contra la evasión fiscal

Nueve países, entre ellos Alemania y Francia, acuerdan intercambiar datos personales e instan a enterrar el secreto bancario en la UE

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La UE se pone seria en la lucha contra el fraude y los paraísos fiscales. Los ministros de Finanzas de los Veintisiete acordaron ayer redoblar los esfuerzos para combatir la evasión, una práctica que priva a las arcas públicas de los socios de un billón de euros anualmente. Aunque el bloque confía en alcanzar un pacto global el mes que viene, nueve países toman la delantera con un programa piloto para intercambiar información sobre los contribuyentes de forma automática. Alemania, Francia, Reino Unido, Italia y España componen el núcleo duro de un grupo que integra a las mayores economías de la Unión. El primer resultado de la alianza es que Luxemburgo levantará su secreto bancario, pero Austria todavía se resiste a acabar con todas las zonas oscuras.

El nuevo impulso en la batalla contra la evasión fiscal tiene mucho que ver con la situación política en Francia. Allí, el Gobierno de François Hollande se encuentra bajo presión después de que el ministro de Presupuesto, Jérôme Cahuzac, presentara su dimisión. El responsable socialista, que junto al resto del Ejecutivo ha apostado por una receta económica centrada en la subida de impuestos a las rentas más altas, renunció tras admitir que ocultaba una cuenta en Suiza. La tormenta generada por la marcha de Cahuzac espoleó al Elíseo para abrir contactos con sus socios europeos y forjar la coalición antifraude que cristalizó ayer en Dublín, sede de la cita de los ministros de Finanzas con motivo de la presidencia de turno irlandesa de la Unión.

Un ensayo

La alianza está integrada por los cinco socios con mayor peso en los Veintisiete más Holanda, Bélgica, Polonia y Rumanía. El ministro de Economía, Luis de Guindos, confirmó que España se sumaba con toda su determinación a la ola europea contra la evasión. El responsable económico rechazó la existencia de contradicciones por la amnistía fiscal del año pasado. A su juicio, aquella medida tuvo aspectos «positivos» porque permitió aflorar una base imponible que desde entonces paga sus impuestos. Los nueve países pondrán en marcha un primer ensayo inspirado en la legislación de EE UU. Todos ellos se suministrarán sin obstáculos los datos necesarios para que sus ciudadanos no burlen al fisco.

El pacto entre las economías más potentes despeja el camino para que la UE en su conjunto intercambie información fiscal automáticamente. Los socios negocian un marco legal de estas características desde 2008, pero estaba paralizado por la oposición de varios países. Luxemburgo y Austria, los dos últimos socios con el secreto bancario en vigor, lideraban el 'no' a una directiva que solo afecta a las cuentas particulares y libera de la vigilancia intensiva a las empresas. El Gran Ducado, sin embargo, ya ha cedido a las presiones de la UE e incluso de Washington, que también empujaba para que aumentara la transparencia. A partir de 2015, el país eliminará la protección sobre los depósitos personales, aunque la mantendrá para las multinacionales.

Austria se ha quedado sola y parece decidida a plantar cara al resto de sus socios. La ministra de Finanzas, Maria Fekter, anunció ayer que se batirá en defensa del secreto bancario porque se lo debe a sus ciudadanos. Viena aplica una retención del 35% a las cuentas extranjeras y remite el dinero a los países de origen. La titular austriaca se agarró al impuesto vigente y remarcó que esta solución resulta «más inteligente» que crear «un cementerio de datos» en el seno de la UE. Se calcula que los ciudadanos europeos disponen de 35.000 millones en los bancos del socio alpino, donde la privacidad de los datos financieros está inscrita en la Constitución y representa un orgullo para la población. Al parecer, la medida se aprobó tras la Segunda Guerra Mundial para que los particulares volvieran a llevar el dinero a las entidades.

En paralelo a la directiva que unificará el intercambio de información, la Unión también intenta forjar una posición común para negociar un pacto fiscal con Suiza. El objetivo es que los socios se unan y pongan todo su peso para que el país helvético acceda a ser más transparente. Tras los resultados del encuentro en Dublín, el Ejecutivo suizo se mostró ayer más receptivo para cerrar un acuerdo. «No formamos parte de la Unión y decidimos de manera independiente. De todas formas, habrá que encontrar una solución», admitió la ministra de Finanzas, Eveline Widmer-Schlumpf. Los Veintisiete rematarán su estrategia contra la evasión con una cumbre monográfica el 22 de mayo.