La solución para poder ser padres
El centro emplea unas modernas técnicas de reproducción asistida para tratar a las parejas que acuden buscando ayuda La Clínica de La Salud ofrece múltiples posibilidades para los problemas de fertilidad
CÁDIZ. Actualizado: GuardarLa mayor pena que tenía aquella pareja era que no podía tener hijos. Y lo peor es que ella seguía cumpliendo años y no podía concebir. Fue entonces que aquel hombre buscó a quien podía ayudarle a cumplir el máximo deseo que tenía junto con su mujer: ser padres. La historia es, muy resumida y en esencia, la de Abraham, considerado el primer patriarca en el judaísmo, cristianismo e islamismo, que, finalmente y con la colaboración de Dios, consiguió tener un hijo con su esposa. Hoy en día también hay parejas que han perdido la esperanza de tener hijos y necesitan una ayuda exterior. Ésta es más fácil de encontrar que en la antigua Mesopotamia. Numerosas clínicas ofrecen tratamientos de fertilidad a las parejas que no han podido tener descendencia. En Cádiz, dentro de estos tratamientos destaca la Clínica de La Salud, que con sus técnicas de reproducción asistida ayuda cada año a decenas de parejas a cumplir su aspiración de tener un hijo.
La coordinadora de la unidad de reproducción asistida de La Salud es María Rodríguez Donsión. Ella explica que su unidad la conforma un equipo compuesto por tres ginecólogos y obstetras (Alejandro González, Emilio Rivero y Andrés Menacho), dos biólogas (Amel Khelifi y María Muñoz), una DUE (Anabel González) y una auxiliar de enfermería (Remedios Fernández), que enfocan todo su trabajo a «conocer exactamente las características de cada una de las parejas que acuden a nuestra clínica y ofrecerles las opciones más convenientes para poder ser padres». Es por eso, explica la coordinadora, que lo primero que hace la clínica cuando acude una pareja es hacerle un estudio en el que se analiza la situación tanto física como psicológica del hombre y la mujer. «Además de preguntarles si tienen enfermedades y ver sus características físicas hay que saber si padecen estrés o están sometidos a hábitos poco saludables que puedan afectar a la reproducción», detalla. Tras esta primera toma de contacto, se les realiza un profundo análisis por parte del equipo médico, tanto a la mujer como al hombre. «Antes siempre se achacaba a las mujeres la mayor parte de los problemas de fecundidad, pero cada vez más nos encontramos con niveles de espermatozoides preocupantemente bajos», detalla María Muñoz, una de las biólogas.
Cuando la clínica tiene estos datos «tratamos de ser francos con la pareja, les decimos qué es lo más conveniente y las posibilidades que hay de lograr el embarazo», explican desde el equipo médico.
Distintas técnicas
En función del problema que se haya encontrado, se propone un tipo de tratamiento u otro. En algunos casos, según las características de la pareja, se propone la técnica de la inseminación artificial y, en otros, es posible que haya que recurrir a técnicas más avanzadas como la fecundación in vitro, en la que se le extraen los óvulos a la mujer y se le insemina con los mejores espermatozoides del hombre.
Posteriormente, se implanta el embrión en la futura madre y se hace una prueba hormonal, llamada 'beta', pasados quince días para ver si se ha conseguido embarazo. «Cuando por fin escuchamos el latido del embrión, damos el alta a la paciente», añade el equipo de doctores.
Claro que también está el caso de las parejas en las que la mujer no produce óvulos fértiles. Para ese caso, La Salud ofrece la posibilidad de recurrir a la ovodonación, mediante la cual se le da a la mujer receptora óvulos de una donante anónima. «Se realiza una fecundación in vitro y se seleccionan los mejores embriones para implantarlos en la madre», explica María Muñoz. «Siempre buscamos que la donante tenga unas condiciones físicas similares a la receptora, además de un grupo sanguíneo compatible», detalla. A la mujer que dona sus óvulos se le ofrece una pequeña compensación económica por las molestias, ya que debe someterse a una leve intervención quirúrgica para extraerle los ovocitos. No se pueden olvidar los caos en los que la muestra de esperma de la pareja no es viable para la fecundación, en ese caso se emplearía también semen de donante.
Perfiles de las parejas
A la unidad no le gusta hablar de denominadores comunes en cuanto a los problemas de fertilidad porque «cada pareja es un mundo; a lo largo de los años nos hemos encontrado con casos distintos que no dejan de sorprendernos». En lo que sí se descubre una tendencia es en el hecho de que se haya retrasado la edad de buscar al bebé. «Eso, y la disminución de calidad seminal, suele estar detrás de muchos casos de infertilidad; aunque cada mujer es muy distinta a la siguiente, no hay edades absolutas en las que se pierde la capacidad de reproducción», abunda.
Uno de los aspectos en los que la Clínica de La Salud pone más cuidado es en el trato con los pacientes. «La paternidad es un tema muy delicado, hay que actuar con mucha psicología; muchas parejas llegan ya desesperadas porque llevan años intentándolo sin éxito o se enfrentan al hecho de que, después de un tratamiento, no se consigue el embarazo -explica María Rodríguez-, hay que saber cómo tratar estas situaciones». Otros llegan contaminados por lo que han leído en internet, con muchos temores y fobias. «Es por eso que recomendamos a las parejas que se dirijan a centros especializados como el nuestro -es tan fácil como llamar por teléfono, en el 956 22 53 01- y se pongan en manos de profesionales», sugiere la coordinadora.