Un sanitario prepara un resonancia mágnética, en el Hospital de Donostia. :: MICHELENA
Sociedad

España despilfarra 25 millones de euros en resonancias magnéticas

Un estudio apunta que someterse a esta prueba cuando no es necesaria aumenta en un 400% la posibilidad de que el paciente sea operado

MADRID. Actualizado: Guardar
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La sanidad pública y más aún la privada podían ahorrar de manera conjunta unos 25 millones de euros al año por resonancias magnéticas que son «totalmente innecesarias». Esta es la principal conclusión a la que llegó un estudio dirigido por el máximo responsable de la Red Española de Investigadores en Dolencias de la Espalda, Francisco Kovacs.

Cada año se realizan en España 960.000 resonancias magnéticas, que el año pasado tuvieron un coste medio de unos 244 euros por prueba diagnóstica. El estudio, publicado en la revista científica European Journal of Radiology, destaca que un 30% de las resonancias que se realizan cada año por dolor lumbar son inapropiadas y el estudio demuestra que «los radiólogos identifican correctamente las que no están justificadas».

Otra de las conclusiones del informe es que realizar una resonancia magnética lumbar cuando no está indicado aumenta hasta un 400% el riesgo de que el paciente sea operado inútilmente.

En el estudio participaron doce servicios de radiología (ocho públicos y cuatro privados), de los que siete eran hospitales del Sistema Nacional de Salud (SNS) y una de una fundación sin ánimo de lucro concertada con el SNS, dos eran privados y los últimos dos estaban en hospitales de mutuas de accidentes de trabajo (que también fueron considerados como sanidad privada). Se incluyeron a los 602 pacientes a los que en esos servicios se les realizó una resonancia lumbar. De esta manera se llegó a la conclusión de que el 11,9% de las resonancias lumbares efectuadas fueron dudosas o inapropiadas: el 1,3% se prescribieron en casos en los que las pruebas científicas sobre su utilidad no son concluyentes, y el 10,6% lo fueron en pacientes en los que no existía ninguna justificación posible.

Una vez prescritas, las resonancias se realizaron más rápidamente en la sanidad privada (5 días) que en la pública (36 días). Sin embargo, el porcentaje que resultaba inapropiado fue mayor en la privada (17,2%) que en la pública (7,4%). Las resonancias estaban injustificadas en el 3,1% de los casos con dolor irradiado a la pierna, y en el 27,8% de los pacientes que solo tenían dolor lumbar.

La resonancia magnética confirmó la conveniencia de operar al 73,6% de los pacientes en las que se realizaron con ese fin, y permitió diagnosticar enfermedades sistémicas (como infección o cáncer) en el 17,2% de los pacientes en los que se prescribieron por esa sospecha. Por el contrario, ninguna de las resonancias prescritas inapropiadamente permitió detectar ninguna enfermedad sistémica ni motivo para operar al paciente, «lo que confirmó una vez más que los médicos no deben temer no prescribir una resonancia magnética en los pacientes que no presentan motivos para hacerla».

Derroche sin motivo

Ante estos resultados, Francisco Kovacs denunció que «el derroche de recursos sanitarios es mayor en la sanidad privada que en la pública por lo que no tiene sentido que se diga que esta gestión sanitaria es más eficiente» y apuntó que «es más eficiente y seguro» someterse a la prueba o por una afección lumbar en la medicina pública que en la de pago.

«Este estudio ha sido muy conservador al calcular el porcentaje mínimo de resonancias mágnéticas que son inapropiadas y considerar como tales solo aquéllas que eran absolutamente injustificables. Estudios previos sugieren que, de las resonancias que se realizan a pacientes con dolor lumbar, son innecesarias el 80%. Prescribir una resonancia magnética a un paciente en el que no está indicada le expone a riesgos innecesarios y supone malgastar recursos sanitarios», insistió Kovacs.

Por su parte, el presidente de la Organización Médica Colegial, Juan José Rodríguez Sendín, recordó que en un momento de recortes en las prestaciones sanitarias «es indispensable eliminar el gasto sanitario inútil», como es el caso de las resonancias innecesarias: «Eso evitaría riesgos y facilitaría ahorrar unos recursos que el sistema sanitario no se puede permitir seguir dilapidando».

El estudio aconseja dar mayor protagonismo a los radiólogos, «invitándoles a que en sus informes dejen de mencionar los hallazgos que han demostrado no tener relevancia clínica (pues con frecuencia son mal interpretados y llevan a cirugía innecesaria), o a que incluyan los datos epidemiológicos que demuestran su irrelevancia.