
La dimisión del 'hombre fuerte' del Gobierno luso acentúa la crisis en el país
Miguel Relvas, mano derecha del primer ministro, es investigado por irregularidades en su título de Ciencias Políticas
LISBOA. Actualizado: GuardarEl primer ministro de Portugal, Pedro Passos Coelho, ha vivido una semana para olvidar. Sin recuperarse aún de la moción de censura a la que se enfrentó el pasado miércoles, y que superó gracias a la mayoría absoluta de su formación, el Partido Social Demócrata (PSD), el jueves tuvo que aceptar la dimisión de su mano derecha, Miguel Relvas, investigado por presuntas irregularidades en la obtención de un título académico.
Relvas, un 'peso pesado' en el conservador PSD y señalado como uno de los principales responsables del ascenso de Passos Coelho en esa fuerza, obtuvo en un solo curso (2006-2007) una licenciatura en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales en la Universidad Lusófona de Lisboa. Los informes del Ministerio de Educación filtrados a la prensa señalan que solo cursó cuatro de las 36 asignaturas de la carrera y que le fueron convalidados 160 de sus 180 créditos. Precisamente la investigación del Ministerio apunta «anomalías» en la convalidación de créditos por méritos profesionales.
Nacido en septiembre de 1961 en Lisboa, la carrera política de Relvas y su relación con el actual primer ministro echaron raíces hace cerca de treinta años, cuando ambos compartieron responsabilidades en las juventudes del partido. Unieron de nuevo sus fuerzas cuando en 2008 el hoy primer ministro se presentó, sin éxito, como candidato a la presidencia del PSD. Passos Coelho acabó por lograr su objetivo en 2010 y un año después ganó las elecciones anticipadas de junio de 2011.
En ese ascenso, la mano de Relvas estuvo siempre presente y esta cercanía ha llevado a la oposición lusa a hablar de una «crisis» política en el país por la renuncia del ministro, extremo que Passos Coelho negó de manera tajante. La dimisión de Relvas pone fin a dos años en el Gobierno jalonados de fuertes críticas por sus enfrentamientos con periodistas, que le acusaron de presiones y amenazas, y por sus relaciones con un antiguo jefe de los servicios secretos acusado de espiar a personalidades y empresas.
El 'asunto Relvas' motivó ayer una áspera discusión en el Parlamento, donde la brecha entre el partido gobernante y la oposición socialista es cada vez mayor. Hasta el punto de que el jefe del Estado, Aníbal Cavaco Silva, se vio obligado a salir al paso de ciertos rumores que hablaban de un adelanto electoral. El presidente instó al consenso político y descartó indicios de la «inminencia» de unas elecciones, 22 meses después de los últimos comicios legislativos, adelantados al caer el Gobierno socialista tras verse obligado a pedir el rescate financiero del país.