Bersani, dispuesto al sacrificio por Italia

Italia contiene la respiración mientras sus líderes políticos firman día tras día un nuevo fracaso en cada reunión que se celebra para conformar el Ejecutivo. Hasta el punto de que ayer, el ganador de las pasadas elecciones, Pierluigi Bersani, del Partido Demócrata (PD), confesó que estaba dispuesto a echarse a un lado si suponía un «obstáculo» para la formación de Gobierno en Italia, si bien defendió que su partido tenía el derecho de hacerlo tras haber sido el más votado. «Si yo fuera un obstáculo, estoy a disposición porque antes de todo está Italia», dijo Bersani.

El líder del centroizquierda hizo a pesar de todo un nuevo llamamiento al resto de las fuerzas parlamentarias para que acepten su propuesta: un Ejecutivo liderado por ellos que encabece el cambio y dé inicio a una «convención constituyente» en la que participen el resto de los partidos. «Mi llamamiento es: miradla mejor, miradla mejor», dijo Bersani. «Es una propuesta que une la exigencia de un Gobierno de cambio y el inicio cierto de un recorrido de reformas constitucionales. Que este Parlamento asuma la responsabilidad de apoyar la formación de un Gobierno que inicie la legislatura y declare las reformas que deben hacerse», afirmó el líder del PD.

Bersani, a quien el presidente de la República, Giorgio Napolitano, confirió sin éxito el encargo de buscar apoyos para formar Gobierno, aseguró estar dispuesto a reunirse con el líder de la coalición de centroderecha, Silvio Berlusconi, para abordar esta posible salida al actual bloqueo. Pero sigue descartando un Ejecutivo de unidad nacional con el partido de 'Il Cavaliere' y la formación del jefe del Gobierno en funciones Mario Monti. Una difícil situación, dado que la alternativa sería la convocatoria de nuevas elecciones, posibilidad que Bersani considera «desastrosa».

Los 'sabios' de Napolitano

Mientras el centroizquierda se desgasta intentando desbloquear la formación de Gobierno, los expertos seleccionados por el presidente Giorgio Napolitano comenzaron ayer sus reuniones para consensuar reformas que puedan compartir los partidos. Este intento de Napolitano por conseguir que agentes externos a la política logren unir a los partidos en intereses comunes ha despertado la suspicacia de los parlamentarios. El presidente de la República insistió ayer en que la función de estos grupos de trabajo no será la de indicar «un tipo u otro de solución de Gobierno», sino que señalarán «cuáles son las cuestiones que deben ser afrontadas, ya sea de carácter institucional, o de carácter económico-social».

Napolitano, que calificó las críticas de los partidos a sus grupos de 'sabios' de «francamente desconcertantes», recalcó que las comisiones de trabajo «no interferirán en la actividad del Parlamento, ni en las decisiones que corresponden a las fuerzas políticas».