La «injusta persecución política» del extesorero
Bárcenas avisó a la entidad financiera helvética de que iba a ser investigado por la Justicia española
MADRID. Actualizado: GuardarLa última comisión rogatoria enviada por Suiza incluye una carta que Luis Bárcenas escribió el 17 de abril de 2010, apenas días después de abandonar su escaño en el Senado, a Agathe Stimoli, su gestora en el Dresdner Bank. En esa misiva se presenta como un «perseguido político» y avisa a la interlocutora de la entidad financiera de que muy probablemente va a ser investigado por la Justicia española, por lo que, de manera sibilina, pide al banco que le informe de cualquier petición que reciba de Madrid.
El extesorero informa a Stimoli de que acaba de dejar su escaño y que la investigación contra él pasaría en aquellos días del Supremo al Tribunal Superior de Justicia de Madrid. «Ante la injusticia de esta persecución política, he tomado esta decisión para poder protegerme legalmente en todos los órdenes jurisdiccionales que permite la legislación española», arguyó el imputado, quien culpa a la Fiscalía de ese supuesto acoso contra su persona.
Acto seguido, sin llegar a pedir directamente al banco que le avisen si llega cualquier requerimiento desde España, comunica a Stimoli que ya tiene un gabinete de abogados en Ginebra, cuyo contacto completo facilita al banco, ante «la eventualidad de que llegase una comisión rogatoria» desde España y el banco «se viese obligado de comunicar mi situación patrimonial allí». Una fortuna en Suiza, recuerda a la gestora, que «como conoces procede del año 1991».
En ese mismo tono, insiste al Dresdner Bank que «el origen de los activos que mantengo en vuestra entidad es muy anterior al periodo en el que se me están imputando los cargos de no declaración de ingresos en España, años 2002 y 2003».
La encubierta petición de ayuda pudo tener sus efectos. En marzo de 2011, Stimoli avisó de inmediato al testaferro de Luis Bárcenas, Iván Yañez, en cuanto las autoridades suizas, el 'Bundesstatsanwaltschaft', comenzó sus pesquisas y ordenó bloquear los activos de Bárcenas en ese banco.
La gestora que controló buena parte de los 38 millones de euros que Bárcenas llegó a tener en Suiza incluso envió a Yáñez copia de la carta que había recibido el servicio jurídico de la entidad solicitando congelar fondos.