
El éxodo cristiano continúa en Irak
Apenas un tercio de los practicantes de esta fe permanece en el país una década después de la caída de Sadam Hussein
BAGDAD. Actualizado: GuardarImposible acceder a la iglesia de Nuestra Señora de la Salvación de Bagdad. El templo está rodeado de muros, solo hay un acceso y los vigilantes, todos ellos reclutados entre los jóvenes cristianos de la capital, dicen que tienen órdenes de no dejar pasar a periodistas por «motivos de seguridad». Tras una larga discusión se permite el acceso al extranjero, sin cámaras ni cuaderno de notas, porque es cristiano pero el traductor, musulmán, no puede entrar porque «también tenemos la orden de que no entre nadie que no sea cristiano».
El miedo y la tensión son las notas predominantes en este templo del barrio de Karrada, que no ha vuelto a ser el mismo desde que el 31 de octubre de 2010 un comando yihadista asaltó la iglesia y mató a 58 personas. El edificio está totalmente reformado y la única huella del ataque es un cartel con las fotografías de todos los caídos, entre ellos dos religiosos. El ataque contra Nuestra Señora de la Salvación aceleró el éxodo de la comunidad cristiana de Irak, un fenómeno que comenzó en 2003 después de la caída de Sadam y que ha provocado que «no quedemos más de 400.000 en todo el país. Cada domingo pedimos a los fieles que permanezcan en un país donde llevamos 2.000 años, pero no tenemos argumentos para convencerles», lamenta el padre Saad Sirop Hanna, de la iglesia San José, en la que las medidas de seguridad son más flexibles y «se permite la entrada de todo el mundo, sin importar su credo. Las grandes religiones hemos convivido durante miles de años en esta parte del mundo, es muy triste ver la situación actual».
Este religioso es uno de los pocos que se ha negado a levantar muros de protección «porque los que nos rodean son hermanos, no enemigos» y confía en los voluntarios de la parroquia que defienden el templo de posibles ataques, pero confiesa que se sienten «presos entre la guerra sectaria que enfrenta a suníes y chiíes».
Comunidad milenaria
Los cristianos iraquíes están divididos en catorce comunidades diferentes, con iglesias católicas, ortodoxas y protestantes, y varios responsables consultados aseguran que antes de 2003 eran aproximadamente 1.200.000 personas. La región autónoma del Kurdistán es la salida temporal que elige la mayoría, pero Europa y Estados Unidos son los destinos soñados.
Bagdad, Mosul y Basora son las plazas históricas con presencia cristiana -originalmente asirios y caldeos que siguen rezando en arameo, la lengua de Jesús- desde la época preislámica, pero la violencia está acabando con la comunidad.
«No creo que quedemos más de 150.000 en la capital, tres veces menos que en 2003», comenta el padre Saad desde el exterior de San José, en el centro del barrio de Karrada, corazón neurálgico de los cristianos de Bagdad. Desde aquí sigue los acontecimientos en toda la región y alerta sobre la situación en Siria, donde «les va a ocurrir a los cristianos lo mismo que en Irak».