«Quien espere que el Papa introduzca una ruptura quedará desilusionado»
El monseñor español, que ha convivido con Francisco en los días precónclave, augura un Pontificado marcado por la espiritualidad Felipe Heredia Prelado auditor del Tribunal de la Rota
ROMA. Actualizado: Guardar«Yo me quiero llevar bien contigo, que tú juzgas a los cardenales». En los días previos al cónclave, la residencia Paulus VI de Roma se convirtió en la casa del cardenal Bergoglio. Allí el nuevo Papa compartió cafés, reflexiones y bromas con otros religiosos como el monseñor español Felipe Heredia, prelado auditor de la Rota Romana, el tribunal de la Iglesia católica conocido sobre todo por sentenciar sobre nulidades matrimoniales. En esos días precónclave Heredia entabló relación con Francisco. «Es un hombre muy normal y positivo que transmite confianza y paz. Pero yo nunca hubiera pensado que podría llegar a ser Papa», confía Heredia.
-Dicen que Jorge Bergoglio pidió hace ocho años al resto de los cardenales que no le votaran más para no ser elegido Papa. ¿Esta vez sí se sentía preparado?
-En la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis, promulgada por Juan Pablo II y reformada por Benedicto XVI, quedaba 'prohibido' negarse a ser Papa. Aunque un cónclave es secreto, yo opino que ahora ha sido elegido y aquella vez, no.
-¿Qué cree que puede aportar Francisco a la Iglesia?
-Es un hombre marcado por la espiritualidad de San Ignacio de Loyola y va a traer precisamente eso, espiritualidad. Ha dejado muy claro que sin vida espiritual no puede haber apostolado. La Iglesia no puede ser una ONG, la Iglesia es de Jesucristo. Y además, este Papa aportará sencillez, humildad y simplicidad. Es un hombre que viajaba en autobús y metro, que no tiene secretario y que se hace la maleta él mismo. La Iglesia también necesito esto.
-¿El Pontificado de Francisco marca un cambio de dirección respecto al de Benedicto XVI?
-No, son pontificados complementarios. Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco son complementarios, eso sí, cada uno con sus perspectivas diversas.
-¿Cómo llegará la onda de Francisco a las parroquias?
-En algunas parroquias se habían volcado demasiado hacia el exterior. Todo eso que decían de que el Papa debe estar en contacto con el mundo exterior, con la cultura de hoy... Eso son palabras vacías. Este Papa va a conceder una gran espiritualidad a la acción caritativa y la acción social de las parroquias.
-¿Qué piensa de que sea jesuita?
-Aunque ahora su condición de jesuita es algo secundario, porque es el Papa de todos, sí es algo muy bueno. Es un jesuita clásico, no de los últimos tiempos, y eso nos ayudará a todos en la percepción de la vida espiritual.
-¿Cuál es la diferencia entre los jesuitas clásicos y el resto?
-El jesuita clásico está muy unido a la espiritualidad de San Ignacio. En los últimos tiempos, esa visión ha sido contestada por un punto pseudosocial que pretendía acercarse hasta las fronteras de la antropología hoy reinante, del laicismo, a veces desprovista de la espiritualidad de los jesuitas clásicos.
-La postura del nuevo Papa ante el matrimonio homosexual, por ejemplo, ha sido muy clara.
-Quien espere que el Papa va a introducir una gran ruptura o una descafeinización de la Iglesia se quedará muy desilusionado cuando descubra que es un hombre de Iglesia con una gran identidad cristiana.
-¿Cómo se ha percibido dentro de la Iglesia, y por parte de otros grupos, el cambio?
-Muy bien. Se ve que es un hombre que no discrimina y que es profundamente abierto. Por ejemplo, Rouco Varela dice que es un santo y una persona muy espiritual. Está muy ilusionado y se muestra convencido de que la elección ha sido una sorpresa del Espíritu Santo.
-¿Habían caído los miembros de la Iglesia en la ambición desmedida, como se ha denunciado?
-La Iglesia está compuesta por personas. Y todos somos pecadores, todos estamos muy tocados por el pecado original, que en definitiva es buscarse uno mismo y no buscar a Dios ni el bien de los demás. Esto puede acontecer con los hombres de la Iglesia cuando se abandona la oración. Se puede caer en la búsqueda de uno mismo, en el amor desordenado del propio ego. Ha podido suceder, es verdad, y por eso puede ser providencial que este hombre lo subraye de forma tan clara que toque muchos corazones. E incluso, si ve este desorden, puede tomar medidas y quizá los religiosos que vivan de este modo deban abandonar estos puestos.
-¿Mantendrá el nuevo Papa la lucha contra la pederastia?
-Habrá una continuación con Benedicto XVI, que ha hecho una labor de apertura, se ha preocupado por las víctimas. De ningún modo un sacerdote puede ser fuente de corrupción y la pederastia es el peor pecado en el que puede caer un religioso. Francisco hará una labor de continuidad, si bien el problema está quasi resuelto.