Los emergentes reclaman influencia
Los poderosos BRICS impulsan una entidad alternativa al Banco Mundial apoyados en el fuerte crecimiento de sus economías
SHANGHÁI. Actualizado: GuardarNadie puede sentirse realmente independiente hasta que no lo es en el plano financiero. Sin duda, ésta es una máxima que se puede aplicar a individuos, pero también a países. Sobre todo a los que están en vías de desarrollo. De hecho, una de las críticas más habituales de los gobiernos del 'segundo mundo' ha sido, tradicionalmente, el yugo al que se veían sometidos por las entidades globales, como el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial.
Ahora, el poderoso grupo de los BRICS -Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica-, que congrega a un 43% de la población mundial, suma un 25% del PIB del planeta y mueve 217.000 millones de euros en relaciones comerciales entre ellos, quiere plantar cara a esta tiranía financiera aprovechando el fuerte crecimiento de sus economías. «Los BRICS crecimos un 4% de media en 2012, muy por encima del 0,7% que marcó el G-7», recordó el presidente ruso, Vladímir Putin. «El potencial de nuestro desarrollo es infinito», añadió su homólogo chino, Xi Jinping.
Por eso, ayer, al final de la cumbre a la que han acudido los jefes de esos Estados en Durban, anunciaron negociaciones para la creación de un banco de desarrollo propio, que será la primera institución formal del grupo. «Movilizará el ahorro interno y aportará financiación conjunta a infraestructuras en regiones en desarrollo», explicó el presidente del país anfitrión, Jacob Zuma, que estima en 3,5 billones de euros las necesidades de los cinco países para construir unas infraestructuras modernas, vitales para liderar el mundo.
No obstante, todavía no se han hecho públicos los pormenores de su cometido último, ni se ha decidido cuál será su sede ni de dónde procederán los fondos que servirán para crear una reserva que proporcione estabilidad financiera a los BRICS. En un inicio se especuló con la posibilidad de que cada uno de los cinco países participantes aportase 10.000 millones de dólares de capital (7.700 millones de euros), pero hay quienes se oponen por razones que saltan a la vista: mientras que esa cifra ronda el 3% de la riqueza de Sudáfrica, supone menos del 1% del PIB de China, un país que guarda más de tres billones de dólares (2,3 billones de euros) en reservas de divisas a las que todos quieren echar el guante.
Superar a EE UU
El presidente del Banco Central de Brasil, Alexandre Tombini, aseguró ayer a la agencia AFP que se está avanzando en las negociaciones al respecto y que el fondo final podría alcanzar el doble de lo esperado al principio: 100.000 millones de dólares (77.000 millones de euros). Sin duda, una cifra nada desdeñable que podría acabar con el monopolio financiero con el que cuenta, desde hace casi siete décadas, el Banco Mundial.
«Éste es el comienzo de una institución con la capacidad de convertirse en un nuevo Banco Mundial, y de lograr incluso mayor influencia que éste», aseguró al diario 'China Daily' uno de los directivos de Goldman Sachs, Jim O'Neill. «Además, el nuevo banco podría dar un gran impulso al comercio entre los países BRICS, que juntos superarán la fuerza económica de Estados Unidos en 2015, si no antes, y la del G7 en 2027», apostilló.
A pesar de que sus artífices todavía tienen que limar los detalles del proyecto, es evidente que han decidido dar un sonoro puñetazo en la mesa de la comunidad internacional. Y, conscientes de que el asunto va en serio, tanto el Fondo Monetario Internacional como el Banco Mundial ya se han mostrado abiertos a colaborar con el futuro organismo financiero. «Estamos preparados para trabajar estrechamente con esta nueva entidad para terminar con la pobreza», dijo el Banco Mundial en un comunicado. Lo que no está claro es si el nuevo banco estará dispuesto a colaborar con él.
Más peso político
Los BRICS quieren ganar peso económico en el mundo pero también una mayor influencia política. Desde Durban expresaron su «profunda preocupación» por «el deterioro de la seguridad y la situación humanitaria» en Siria, se opusieron «a una mayor militarización del conflicto» y llamaron al «diálogo» de todas las partes, en respuesta a la petición de ayuda planteada por Bachar el-Asad enuna carta al presidente sudafricano.
Dentro del grupo, Rusia y China han vetado hasta en tres ocasiones, en el Consejo de Seguridad de la ONU, resoluciones contra el régimen de Damasco. El comunicado final alude también al contencioso con Teherán para reconocer «el derecho de Irán al uso pacífico de la energía nuclear de acuerdo con sus obligaciones internacionales» y respaldar una solución basada «en el diálogo».
Jim O'Neill, directivo de Goldman Sachs, acuñó ese año el término BRIC, a partir de las iniciales de Brasil, Rusia, India y China. La admisión de Sudáfrica en el grupo, en 2010, añadió la 's'.