El extesorero de Alianza Popular Ángel Sanchis en una imagen de archivo. :: JOSÉ HUESCA / EFE
ESPAÑA

Maestro de tesoreros

Sanchis creó escuela en la financiación del PP y la fórmula fue mantenida por sus sucesores

MADRID. Actualizado: Guardar
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Ángel Sanchis vive a sus 74 años una plácida jubilación que no va a verse alterada por este incidente judicial. Su vida ha sido una montaña rusa de éxitos y fracasos en los negocios y la citación ante el juez por sus tratos con Luis Bárcenas apenas será una raya más para el tigre.

Pero el extesorero de Alianza Popular entre 1982 y 1987, a pesar de la aparente calma con que ha recibido la imputación, tiene que estar enfadado. Casi nadie se acordaba ya de él. Desde la década de los noventa vivía alejado del primer plano, dedicado a sus inversiones y negocios de frutales en Argentina. Las cuentas suizas que gestionaba con Bárcenas, sin embargo, han terminado con su cómoda discreción.

Sanchis, nacido en una familia modesta dedicada al cultivo de naranjos en la localidad valenciana de Albal, tuvo una carrera fulgurante en el mundo de los negocios. Joven y sin formación universitaria se trasladó a Barcelona, donde trabajó en una frutería en la que no vio futuro. Se trasladó a Badajoz, dicen que en la capital pacense montó una empresa de chorizos, pero su actividades más lucrativa fueron la banca y la venta de combustible, solo que adulterado con un derivado del queroseno más barato que la gasolina. Pillado, perdió las tres gasolineras que tenía y tuvo que pagar una multa de 200.000 pesetas, una buena suma para 1975. Dos años antes, había creado Nuevo Banco, su primer gran negocio. La entidad financiera llegó a tener 36 sucursales. Vendió en 1978 y la, operación, según las informaciones de la época, supuso unos ingresos de 2.000 millones de pesetas.

Ya por entonces estaba en contacto con Manuel Fraga, pero no sería hasta 1982 cuando asumió la tesorería de Alianza Popular. Se encontró con un partido «sin un duro», y estableció un modelo de gestión que mantuvieron sus sucesores. Sanchis salió a la calle a buscar dinero, envió «miles» de cartas a empresarios y a personas con posibles, y, según declaró sin rubor en el Congreso en 1994, organizó cenas para «esquilmar a los amigos, a los conocidos y a los conocidos de los amigos». «No sé dónde está el problema», se preguntó con desparpajo. En aquellos años la financiación de los partidos era de una laxitud total. «Recibir dinero era perfectamente legal, no lo he negado nunca. Era práctica habitual» que conocían tanto Fraga como José María Aznar, dijo entonces ante señorías de todos los partidos.

Compaginó la tesorería con un escaño en el Congreso por Valencia en 1986, que revalidó tres años después por Madrid. En 1987 dejó las finanzas, pero fue una apariencia porque en 1990 se vio en medio del 'caso Naseiro', bautizado así por su sucesor, Rosendo Naseiro. Fue un episodio de financiación irregular del PP con empresarios de la construcción valencianos y con pruebas grabadas muy concluyentes pero de forma irregular. Un argumento que utilizó el Tribunal Supremo para archivar la causa.

La Moraleja

Escarmentó y huyó de la política. Pero ya había hecho escuela. Naseiro, Álvaro Lapuerta y Bárcenas siguieron el método Sanchis, de acuerdo a la investigación judicial y al testimonio de los papeles del último extesorero.

Nada se hubiera vuelto a saber de él de no haber sido por los negocios de Bárcenas. Se trasladó a vivir a su vasta propiedad de La Moraleja, 300 kilómetros cuadrados, en Salta, en el norte de Argentina. Una empresa agroindustrial que financió con los rendimientos de sus inversiones financieras y un crédito del ICO de 18 millones de dólares otorgado en 1997, un año después de la llegada de Aznar a la Moncloa. Ofreció devolver el préstamo en devaluados pesos argentinos y pleiteó durante años mientras la deuda ascendía por los intereses hasta los 23 millones de dólares. Su hijo asegura que todo quedó saldado en 2012, cuando pagaron al ICO con otro crédito de un banco suizo.

La Moraleja, entretanto, se convirtió en una máquina de ganar dinero. Entre sus contratos figura uno con Coca-Cola para suministrar zumo de limón para el jarabe del refresco durante 20 años. Sanchis dejó el negocio en manos de su hijo homónimo, aunque siguió en activo con sus inversiones, una actividad que le volvió a reunir con Bárcenas y que ha acabado en una imputación por lavado de dinero.

Entró de la mano de Fraga en la tesorería de Alianza Popular y llevó de la suya a Luis Bárcenas. Dejó el cargo en 1987 y se dedicó a sus negocios en Argentina. Volvió a colaborar con Bárcenas y ha acabado imputado.

El único que no está imputado en el 'caso Gürtel', pero es también el único que pasó por la cárcel por el 'caso Naseiro', a raíz del cual dejó la política. Es un próspero coleccionista de arte, especializado en bodegones.

El tesorero de trayectoria más dilatada. Fue nombrado por Aznar. Está imputado porque visó con su firma los papeles de Bárcenas. «Yo tengo más patrimonio que él», dijo al conocer la fortuna de su sucesor.

Tras casi 25 años en la sala de máquinas de las finanzas, fue designado tesorero por Rajoy. Su imputación y la publicación de su contabilidad B ha puesto en aprietos al PP. Amasó una fortuna de 38 millones de euros.