PAN Y CIRCO

PROHIBIDO ESPECULAR

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A siete puntos de arriba y a siete puntos de abajo. En esta situación se encuentra el Cádiz tras la victoria en Arroyo con el doblete de Peragón, una zona en la tabla donde ve el ascenso y la permanencia a la misma distancia. Si bien, sigo defendiendo que el Cádiz necesita atar lo antes posible la permanencia, debe conseguir esas tres victorias que le faltan para finalizar la competición lo más tranquilo posible. Ya decía Raúl Agné tras ganar el domingo, que este equipo «parece estar en una montaña rusa constante», por tanto la premisa ahora debe ser la de la cautela y la precaución. Sobre todo por varias razones. En primer lugar, por la desconfianza que estos jugadores se han ganado a lo largo de la temporada con partidos buenos (pocos) mezclado con partidos malos y regulares. Y en este sentido, permítanme ofrecer algunos datos que explican ese ambiente crispado y pesimista que según Agné hemos creado los medios de comunicación. El Cádiz ha perdido 12 de 30 partidos en lo que va de liga (casi la mitad), ha estado varias jornadas en descenso, ocupa la 13ª posición en 2ªB. ¿sigo? Pesimismo no, realismo. Los estados de ánimo los crean los resultados y este año la cosa no está para verbenas.

Volviendo a la cautela, no estaría de más seguir pensando que nada está conseguido aún y que todavía quedan jornadas para que cualquier cosa sea posible. Y sí, aquí meto también la posibilidad de que los amarillos puedan engancharse a los puestos de privilegio. La irregularidad del grupo es la única baza que ahora juega a favor de los amarillos, aunque evidentemente hay muchos equipos en la cola esperando el fallo de los de arriba. Aún así, repito que el mayor mal de este equipo ahora sería hacer las famosas cuentas de la lechera y especular con hipotéticas posiciones en la tabla. Si una vez conseguida la salvación hay tiempo para algo más, bienvenido sea.