La Bolsa española cerró con una importante caída por las dudas sembradas por la UE tras el rescate de Chipre. :: CHEMA MOYA / EFE
Economia

Las incertidumbres que sigue dejando la UE sitúan en números rojos las bolsas

Los inversores acusan los avisos del Eurogrupo de cara a otros posibles rescates, junto a la ya convulsa situación del sector financiero

MADRID. Actualizado: Guardar
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Los principales mercados europeos reaccionaron ayer al unísono de forma negativa ante las incertidumbres que arrojan los detalles del rescate a Chipre, en una nueva demostración de que la falta de información es siempre el peor enemigo de los inversores, más incluso que algunas malas noticias. Y es que si bien abrieron la jornada con subidas relativamente moderadas, bastó que el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, apuntara la posibilidad de que la solución alcanzada para el sistema financiero de la isla pudiera aplicarse a los problemas bancarios de otros países de la UE para que los índices se dieran la vuelta, hasta registrar incluso sus descensos más importantes de las últimas semanas.

La posterior matización de su portavoz, apuntando que Dijsselbloem no habló en ningún momento de «patrón» o «modelo» a seguir pese a no descartar que en el futuro se estudien quitas para accionistas, bonitas o depositantes de más de 100.000 euros en los casos de sistemas financieros que también se consideren sobredimensionados, tampoco sirvió de mucho. El daño ya estuvo hecho. Los inversores bursátiles interpretaron claramente que los títulos de las entidades financieras volvían a cargarse de radioactividad, y que lo mejor que podían hacer era huir de ellos, incluso de los de las grandes entidades.

Lo ocurrido en el Ibex-35, el índice de referencia de la Bolsa española, fue un claro ejemplo de ello, al bajar un -2,27% -su mayor descenso desde el 26 de febrero- para acabar en los 8.140,6 puntos. La mayor caída del día la protagonizó Bankinter, cuyos títulos se depreciaron un 4,02% en la refriega, aunque no anduvo lejos el Banco Popular (-3,87%). Tampoco los dos grandes, el BBVA (-3,6%) y el Santander (-3,24%), escaparon de la tormenta de órdenes de venta que se cernió sobre el sector durante unas horas, al igual que pasó con el Sabadell (-3,12%) y Caixabank (-1,53%). Solo el grupo Sacyr (-4,90%), aún lastrado por su elevada exposición al 'ladrillo' y las principales compañías energéticas -Iberdrola (-4,65%), Gas Natural (-4,49%) y Endesa (-3,66%), a raíz de que JP Morgan les rebajara sus estimaciones- tuvieron un comportamiento negativo similar.

El mensaje captado por el mercado fue claro, apuntó Daniel Pingarron, analista de mercados de IG. «Los depósitos bancarios no están asegurados y tampoco otro tipo de capitales invertidos en ellos». «Por mucho que ahora estemos más cerca de dejar atrás la penúltima crisis del euro -explicó-, los inversores han sobreponderado mucho más las incoherencias cometidas en la gestión de la crisis que una solución final que, en la práctica, ha quedado en línea con lo que cabría esperar».

Temor generalizado

Los ahorradores españoles no fueron precisamente los únicos en conceder un peso seguramente excesivo a esas declaraciones llegadas desde la cúpula comunitaria, pues las principales plazas europeas también terminaron en números 'rojos', encabezadas por la Bolsa de Milán donde el FTSE MIB se dejó un -2,50%, también lastrada en su caso por los rumores sobre próximas rebajas al rating de la deuda soberana italiana y los flojos resultados de la última subasta de su Tesoro. En el resto, el CAC-40 de Paris bajó un -1,12%, el DAX de Francfort un -0,51% y el FTSE-100 de Londres un -0,22%. Asimismo, el euro volvió a perder el nivel de los 1,3 euros (1,2887 unidades, su cifra más bajo en los cuatro últimos meses) ante la persistencia de las dudas sobre la solidez real de la unión monetaria.

En contra de lo que se temía, la deuda soberana española no acusó apenas las dudas generadas desde la jefatura del Eurogrupo sobre si la solución dada a Chipre es «única» o también «exportable» a otros casos en el futuro. La prima de riesgo quedó en los 362,5 puntos básicos, apenas seis menos con los que abrió el día (-4,8%). También la rentabilidad del bono a 10 años, la principal referencia comparativa con otros países, logró parar el golpe manteniéndose por debajo del 5% (4,964%).