Juventud y aniversarios en un Domingo resplandeciente
Las cinco cofradías del día brillan en una jornada en la que el tiempo respetó y los gaditanos coparon las calles de la ciudad
CÁDIZ. Actualizado: GuardarAgarrado fuerte de la mano de su madre, dirige sus pasos hacia la iglesia del Carmen. En unos minutos, la familia que lo acompaña se quedará atrás. Él acompañará al Señor. Le han dicho que de su casa al templo tiene que ir con la cara tapada. Y ahí va él, camino del Carmen por la Alameda, una mano sujeta a su madre, la otra sosteniendo su antifaz de penitente. La silueta de las espadañas se dibuja en un horizonte de cielo celeste y nubes rápidas que ensombrecen el paisaje de un jardín decimonónico mirando al mar. El público se agolpa en las aceras, el momento ha llegado, se suelta de la mano, se va el miedo, quedan los nervios. Para su mente infantil no tiene importancia que la hermandad en la que sale, la Borriquita, sea la primera de las cinco del Domingo de Ramos. Seguro que tampoco le importa que su hermandad pedirá horas después la venia en Catedral. Él lo que quiere es salir con su Señor, llevando su palma, acompañando a Jesús de la Paz por las calles de Cádiz. Objetivo cumplido. Jesús hizo realidad a su deseo como tantos niños en el día de la Semana Santa reservado para ellos. Borriquita, Despojado, Sagrada Cena, Las Penas y Humildad y Paciencia inauguraron ayer la Semana Santa en una jornada en la que el cielo respetó y en el que la juventud se echó a la calle para acompañar a sus respectivos titulares. Ilusión, nervios y alegría fueron las tres sensaciones más vividas en los cuatro templos y en el colegio desde donde salir ayer los primeros cortejos del año 2013.
Borriquita
«¡Portones, alzad los dinteles! ¡Que se alcen las antiguas compuertas! Va a entrar el Rey de la Gloria, Jesús de la Paz», exclamó Ignacio Ortíz, como hermano mayor de Borriquita. Y las puertas de la Catedral se abrieron para dejar pasar el primer cortejo de la Semana Santa de Cádiz. El acto de petición de la venia supuso ayer la apertura oficial de unas procesiones que comenzaron horas atrás. Concretamente a las 14.30 horas en la iglesia del Carmen. A esa hora se abrieron las puertas del templo para dejar salir a la primera hermandad de 2013. La salida se produjo justo después de unos rezos previos dirigidos por el sacerdote carmelita Antonio Leal.
Sus palabras precedieron al caminar de decenas de niños y jóvenes que, con sus palmas anunciaban la entrada de Jesús de la Paz a las calles de Cádiz. Los hermanos Martín daban las primeras instrucciones y tras salvar el cancel de la iglesia, el misterio (exornado con flores moradas como lirios) giraba para encaminar sus pasos a la Alameda. Fue el pregonero de la Semana Santa y hermano de la cofradía, Juan Manzorro, el encargado de dar la primera 'levantá' del paso. Los acordes de 'Jesús de la Paz' de la Agrupación Musical Polillas pusieron el broche perfecto al momento.
El misterio se perdía acariciado por los árboles de la Alameda, mientras el palio de la Virgen del Amparo (exornado con flores blancas) se asomaba al dintel del Carmen. La cuadrilla de Jose Julio Reyeros salvó con maestría la maniobra de salida y Pedro Álvarez Hidalgo hizo el resto. 'Pasan los Campanilleros' y 'Macarena' sonaron engarzadas para la única Virgen de la Semana Santa que no derrama una lágrima. La hermandad de los niños fue desgranando su callejero con los ojos puestos en momentos especiales como la venia en la Catedral o el sincero homenaje realizado a Manuel Garrido. En honor del hermano mayor de El Perdón, distinguido con el premio Bartús de Borriquita, sonó en Candelaria 'Rosario, Reina de la Madrugá' en el palio del Amparo. Fue justo desde el lugar en el que Garrido seguía el cortejo y desde donde agradeció emocionado el gesto, al igual que hizo su hijo, Manuel Garrido, presente en la salida de la hermandad, horas antes en el Carmen.
Despojado
El Padre Jesús del Amor, que recrea el momento en que despojan a Jesucristo al llegar al Calvario, tiene a San José rendido a sus pies. La salida desde el patio interior del colegio Salesianos Cádiz, del Cristo del Amor está llena de alegría, de jóvenes, de muchos niños. Éste es el paso de Puertatierra, el que supone una apertura de la Semana Santa del casco antiguo de Cádiz para toda la ciudad. Sobran adjetivos para definir el paso de la cofradía más joven de la Semana Santa gaditana, de 2007, y que salió en procesión por primera vez en 2009: juvenil, valiente, alegre, popular, y sobre todo, rápida. No en vano la hermandad del Despojado ha de recorrer un largo camino, a doble paso, buena parte por el Paseo Marítimo, hasta llegar al centro y entrar en la Catedral.
La salida del paso fue puntual, a las 15.00 horas, y valiente, emprendiendo la marcha en casi una carrera que se fue pausando al llegar a la puerta exterior del colegio Salesianos donde lo esperaban cientos de fieles. Como únicas novedades de este año, las varas de hermano y vicehermano mayor, así como las varas de acompañamiento del Senatus. El capataz de la hermandad, Joaquín Cortés, hizo la primera llamada antes de salir en medio de un silencio que contrastaba con la alegría de una mañana soleada.
Muy fría en la sombra, pero cálida si se buscaba el sol, en la que relucían las ropas de los hermanos del Despojado, de un blanco aún más resplandeciente bajo la luz del cielo de Cádiz despejado, sólo roto por el cíngulo de esparto de los hermanos. La Banda de Tambores y Cornetas de Nuestra Señora del Rosario, compuesta por nada menos que cien jóvenes gaditanos, interpretó como primera marcha para acompañar a la imagen del Despojado: 'Jesús del Amor', seguida de 'Macarena', para enfilar por la avenida María Auxiliadora. Una vez fuera del colegio y justo antes de emprender la marcha casi forzada para llegar a tiempo e incorporarse al ritmo de las otras cuatro procesiones que llenaban ayer el centro de la ciudad, Joaquín Cortés tuvo a bien hacer una breve parada para que decenas de fotógrafos aficionados tomasen su mejor instantánea del Despojado. Otro detalle de lo popular y joven que es este paso gaditano.
Después de esta breve interrupción todo fueron prisas hacia el Paseo Marítimo, mientras que los fieles más rezagados cortaban camino por las calles comerciales peatonales de San José para llegar a tiempo a la plaza del mismo nombre. El Despojado llegó a Cádiz a buena hora, donde le esperaba la mayor parte del recorrido por el centro hasta las 21.00 horas, para volver otra vez al colegio Salesianos, nada menos que a la una y media de la madrugada.
Sagrada Cena
La tarde se presentó fría en el centro, a pesar de contar con el resguardo del poniente en las callecitas estrechas, los fieles se agolpaban en los rincones de Santo Domingo buscando abrigo. La hermandad de la Sagrada Cena salió con media hora de retraso, lo suficiente para conocer que en esta Semana Santa de 2013 la cofradía estrenaban el respiradero frontal del paso. En la espera, el jolgorio de la gente en la plaza contrastaba con el recogimiento de los cofrades dentro del templo recibiendo las instrucciones de la marcha. El vicehermano mayor de la Sagrada Cena, Adolfo Vigo, explicó en la puerta de la iglesia que en su cofradía no se ha notado la crisis, «al contrario, este año van unos 190 hermanos. También es cierto que tenemos algunos controles de paso de caridad, porque no íbamos a permitir que ningún hermano se quedase sin salir por falta de dinero». Todo ello en un año especial ya que la cofradía cumple este año su 50 aniversario fundacional.
A las 17.15 horas salía la Cruz de guía de la hermandad de la Sagrada Cena pero el misterio que escenifica este último encuentro de Jesús con todos su apóstoles tardó un poco más en salir, siendo especialmente emocionante el momento en que asomaron las maniguetas del paso por la estrecha puerta de la iglesia conventual de Santo Domingo. La agrupación musical de la propia cofradía eligió para acompañar al paso en su salida un engarce de tres marchas: ‘Apóstoles de Educación’, ‘Virgen de la Estrella’ y ‘Nuestro Padre Jesús del Milagro’.
El respetuoso silencio de los gaditanos agolpados admirando la imagen saliendo a la calle, la elección afortunada de la música de acompañamiento y la intervención justa del saetero Juan Romero crearon un clima emotivo irrepetible en ese pequeño escenario popular. Y es que el centro histórico de Cádiz esconde pequeños auditorios de música, como el que encontró la banda de Sagrada Cena en el compás de Santo Domingo, y que convierten en un bello acontecimiento esta manifestación de la fe. Esto mismo pensó un grupo de tres jóvenes italianos que tropezó con la imagen en un paseo por el centro y que quedó impresionado por la escena, a pesar de venir de la tierra del catolicismo por excelencia.
Mucho más gaditana, una embarazada de siete meses y medio aguantaba el tirón de pie, sonriendo, en la puerta del templo. «Voy a aguantar el Domingo de Ramos hasta el final», decía esta vecina de Cádiz, tía de Aaron, quien dormía en el carro (con apenas un añito), y amiga de la madre de Aítor (de siete meses). «Mi marido está durmiendo ahora porque si no, no aguanta esta noche. Prefiero que venga después», comentaba sin borrar la sonrisa, montada en unos tacones de vértigo. Mientras, Sagrada Cena comenzaba su caminar por Sopranis con retraso. El mismo que arrastró al subir la calle Novena a las 21.05 horas, con un retraso de unos 20 minutos con respeto a la hora prevista.
Las Penas
Caridad presente en cada esquina. En los balcones, en las palabras previas a la salida, en las espaldas de los cargadores que la llevaron sobre sus hombros. «La caridad no son solo palabras, sino hechos», ese era el sugerente mensaje que llevaban impreso sobre sus camisetas. Y es que la titular mariana de Las Penas fue la protagonista de la salida en el 50 aniversario de su hechura. Ante ella se rindieron las decenas de gaditanos que se agolpaban a las puertas del templo para ver la salida. A ella, el cantaor Momi de Cádiz le dedicó una emocionante saeta que llevó las lágrimas a los ojos de muchos de los presentes. Y precisamente por su aniversario la hermandad quiso exornar todo el recorrido del cortejo con 30 reposteros medianos y tres de 3x5 metros (colocados estratégicamente en Catedral, Palillero y Sagasta) dedicados a la Dolorosa y a Jesús de las Penas que estaban realizados por el hermano Miguel García Cruz.
Pero antes que la Virgen de la Caridad comenzara su caminar hacia la Catedral, su hijo, Jesús de las Penas debía entregarse a una calle Sagasta abarrotada. Precisamente por ello, Sebastián Sánchez Gómez dio la primera levantá en el interior del templo. Sonó ‘Jesús de las Penas’ antes de la salida. Bastó ese momento de recogimiento inicial para que varias hermanas rompieran en lágrimas emocionadas. La tarde deparaba más momentos especiales. Momi de Cádiz se recreó en una bella saeta al Señor antes que sonara ‘Cautivo de San Lorenzo en los acordes de la Agrupación Musical Ecce Mater. «Ya está mi padre en la calle entre claveles y cirios», oró con maestría el cantaor. Minutos después lo haría su Madre tras una complicada maniobra de salida bien resulta por la cuadrilla. Las Penas ya estaba en la calle entre la emoción y la alegría.
Humildad y Paciencia
Notas de aquí y de allí lanzaban el mismo mensaje. Sobriedad y clasicismo en la plaza de San Agustín. Los acordes de ‘Virgen del Valle’ en el órgano de San Agustín se mezclaban con uno de los detalles de la salida de Humildad y Paciencia, que celebra este año el 375 aniversario de la hechura del Cristo. La Banda de Música del Nazareno de Rota interpretaba un himno compuesto por Gálvez a principios del siglo XX y dedicado al titular. ‘Eterno Rey Celestial’ es el nombre de la composición que volvió a sonar horas después en Palillero, en este caso para el palio de la Virgen de la Amargura. La hermandad del centro puso de nuevo la nota diferente al Domingo de Ramos.
Lo hizo con buen hacer tanto en las cuadrillas de Cristo y Virgen, como en los acertados exornos de ambos pasos (claveles sangre de toro en el Cristo y claveles blancos en el palio). Tampoco se quedó atrás la selección de marchas. ‘Requiem’, interpretada por la Banda de Cornetas y Tambores Tres Caídas, fue la primera de una larga lista de marchas clásicas para el Cristo. Por su parte, la Virgen de la Amargura comenzó su caminar con la marcha homónima. La decana del día ya estaba en la calle.
Lo hizo en un día resplandeciente en el que el cielo respetó. De hecho, al cierre de esta edición, las cinco hermandades del día completaban sus recorridos sin incidentes reseñables, más allá del retraso acumulado a partir de Sagrada Cena.