La guerra de precios abarata un 10% las llamadas de móvil en 2012
Los ingresos del sector caen por cuarto año consecutivo (-8,5%), mientras el regulador persiste en su pugna con Bruselas sobre las tarifas
MADRID. Actualizado: GuardarMás de cinco millones de líneas de móvil cambiaron de operador el año pasado y, según los expertos, en muchos casos se debió a la guerra de precios que vive el sector desde hace tiempo. En 2012, esa competencia entre los distintos operadores se agudizó más, lo que provocó que el ingreso medio por minuto en los servicios de voz (incluyendo también el coste del tráfico y la cuota de abono) se abaratara un 9,6%, según los datos publicados ayer por la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT).
Ello, como era de esperar, profundizó en la merma de ingresos que sufre el negocio de las comunicaciones móviles desde 2008 (con el comienzo de la crisis), hasta quedar en el entorno de los 11.500 millones de euros, lo que supone cuatro de cada 10 euros obtenidos por las empresas de telecomunicaciones por servicios minoristas el pasado ejercicio (28.675 millones, un 8,5 menos que en 2011).
El líder del mercado -todavía con una cuota del 47,4%-, Telefónica, pese al lanzamiento el 1 de octubre de su paquete promocional Fusión (móvil, fijo y ADSL de 10 MB a un único precio con la posibilidad de añadir televisión de pago) seguido después por sus principales rivales, redujo un -14,5% sus ingresos (-18% en el caso de Movistar). Tampoco fue un buen año para el segundo operador (14,9% de los clientes de telecomunicaciones), Vodafone, que vio reducido un -10,2% su negocio, mientras que la tercera compañía en liza (10,8%), Orange, mantuvo los niveles de 2011. Los mayores crecimientos, por el contrario, se dieron en los llamados operadores virtuales, con una subida del 19,3% en Yoigo (que sí tiene red propia), del 16,1% en Jazztel y del 7,5% en ONO.
Y es que el negocio de la banda ancha móvil, donde los pequeños y medianos compiten con más opciones ante los grandes, fue el más rentable el año pasado, al mejorar un 9,9% sus ingresos hasta los 731,4 millones de euros. Suponía al cierre del ejercicio -y la tendencia es que continúe en aumento- una cuarta parte de la facturación de la telefonía móvil y uno de cada 10 euros obtenidos por el sector en el área minorista. De hecho, las líneas de banda ancha fueron las únicas que aumentaron (un 3,3% más en el fijo y un 60,9% en el móvil), hasta alcanza un total de 33,8 millones.
Contrastan sus buenos datos con la pérdida global de 2,76 millones de líneas en 2012 (una media de 7.500 diarias), un 4,2% menos para un parque que mantiene los 55,74 millones de conexiones, la mayoría con contrato. En la misma línea de datos malos para el sector, los ingresos por servicios de voz cayeron un 12,1% y los de mensajes un 46,7%.
La situación, no obstante, podría ir a peor para sus cuentas. La Comisión Europea insiste en que en España se rebajen ya las tarifas de interconexión del móvil (lo que se pagan las operadores cuando sus clientes se llaman entre sí), pero el regulador nacional (la CMT) le ha replicado que la potestad de variarlas le corresponde a él y no lo hará hasta enero de 2014, es decir, un año después de los plazos que se habían marcado desde Bruselas. Aunque al ser precios mayoristas su reducción no afecta directamente a los consumidores, sí es probable que luego se traslade a lo que pagan éstos.
No será el único cambio normativo que las operadoras de telecomunicaciones deban afrontar a medio plazo. El anteproyecto de la nueva Ley General de Telecomunicaciones, aprobado en el último consejo de ministros de 2012, pretende incorporar las últimas directivas de la UE y, al mismo tiempo, mejorar el marco para las inversiones del sector de cara al despliegue de las redes de nueva generación (que permitirán ofrecer internet a más de 100 MB por segundo). La Comisión Nacional de la Competencia, sin embargo, estima que dicho texto legal impone una serie de obligaciones a los operadores de otros sectores (gas, electricidad, agua, transporte...) que finalmente supondrán un beneficio solo para las empresas de comunicaciones electrónicas, limitando así los incentivos para invertir.