Uno de cada cuatro ancianos padece desnutrición
MADRID. Actualizado: GuardarUno de cada cuatro ancianos padecen desnutrición o están en riesgo de sufrirla. En especial las personas de más de 80 años que viven solas o en residencias. Además, el 30% de los niños tienen problemas de obesidad o sobrepeso. Y en ambos casos la dieta alimenticia es la principal responsable. Esa es una de las principales conclusiones del Libro Blanco de la Nutrición en España presentado ayer y elaborado por la Fundación Española de la Nutrición (FEN).
«En las residencias geriátricas hay falta de profesionales que se ocupen de los aspectos nutricionales y de dietética», recordó Gregorio Varela, catedrático de Nutrición y Bromatología de la Universidad CEU San Pablo y presidente de FEN. Y es que uno de los principales colectivos con problemas de nutrición son los ancianos. Esto se debe a que su dieta es demasiado monótona y con baja densidad de energía y nutrientes. De tal forma que son personas que presentan un déficit en la ingesta de calcio, cinc, magnesio, hierro y vitaminas.
Según el presidente de la FEN, en muchas residencias se ha optado por extrapolar los menús escolares o de un comedor de empresa a las personas mayores. Un método insuficiente. «Con el envejecimiento los nutrientes son más necesarios para fortalecer un cuerpo más débil», aseguró Varela. Además, el catedrático animó a reflexionar sobre las dificultades que para un hombre mayor significa moverse por una ciudad actual para ir a comprar. Algo que dificulta salir a comprar todos los días y, por ende, variar su dieta. Y es que, según explican los expertos en ese trabajo, este colectivo no se ha estudiado suficientemente en contraposición a otras franjas de edad como los jóvenes.
La sociedad española en general, y los niños en particular, cada vez se alejan más de la alabada y recomendada dieta mediterránea. Este cambio alimenticio unido al sedentarismo y la falta de ejercicio físico, provoca que el 30% de los menores padezcan problemas de sobrepeso u obesidad. El libro alerta sobre el abandono de la dieta mediterránea con un consumo cada vez menor de legumbres, cereales, verduras y frutas, sobre todo entre los más jóvenes. Estos déficit de nutrición, llegados a la edad adulta, se transforman en enfermedades asociadas a la salud como la diabetes, o enfermedades cardiovasculares. Tampoco ayuda el estilo de vida actual, basado en el sedentarismo y la falta de ejercicio físico.
A pesar de que la nutrición de los españoles es bastante buena, cada vez se aleja más de los estándares óptimos. «Estamos alejados de los hidratos de carbono. Tenemos un aporte de grasa superior a la recomendada y más proteínas de las necesarias», explicó Varela, quien también recordó el déficit de vitamina D (pescado graso, lácteos) y de ácido fólico (vegetales de hoja verde o legumbres). Para tratar de corregir estos problemas, la FEN recomienda reforzar la educación en alimentación y nutrición en todas las etapas de la enseñanza. «Hay que educar y concienciar desde el comedor de la guardería hasta la residencia», afirmó.