
'Terminator', un huésped incómodo
Actualizado: GuardarEstados Unidos decidirá el futuro de 'Terminator'. Según el Departamento de Estado, el caudillo congoleño Bosco Ntaganda se entregó el lunes en la legación americana en Ruanda con la demanda de ser transferido al Tribunal Internacional de La Haya, una solicitud un tanto curiosa, porque el líder rebelde y exgeneral de las fuerzas armadas del país vecino abandonó el año pasado el Ejército y fomentó la creación de una milicia ante el temor de ser extraditado a la corte holandesa.
La información ha sido ratificada por portavoces de la Casa Blanca, quienes también aseguraron que se trataba de buscar una vía legal para cumplir la entrega, dado que ni Washington ni Kigali reconocen competencias a la entidad jurídica. El jefe miliciano está reclamado por crímenes de guerra cometidos entre los años 2002 y 2003 y los delitos incluyen reclutamiento de niños, asesinato, persecución étnica, violación y esclavitud sexual.
La versión oficial suele diferir sustancialmente de la verdad en la alambicada política de los Grandes Lagos. Los sucesos siempre remiten, en última instancia, a los intereses tanto del Gobierno de la República Democrática del Congo como los de Uganda y Ruanda en su rapiña de los recursos minerales del este del país. En este caso, los hechos probablemente resultan más complejos, según todas las especulaciones.
La huida de Ntaganda no fue una iniciativa personal y aislada sino, al parecer, la consecuencia de la derrota de su facción dentro del M23, milicia cuya creación propició la pasada primavera y que se había desgajado a finales de 2012 en dos bandos enfrentados violentamente. Las agencias locales afirman que, tras la última batalla, el líder abandonó el pasado fin de semana el país con 600 fieles y buscó refugio en Ruanda.
No existe ninguna información fidedigna en torno a lo que sucedió desde su paso de la frontera hasta su llegada a la misión estadounidense, a unos cien kilómetros, ni el destino de los acólitos que le acompañaban. No obstante, algunas fuentes aseguran que su intención era entregarse a las fuerzas locales para conseguir asilo en el territorio y que ellas fueron las que lo confiaron a los diplomáticos norteamericanos.
Esta hipótesis no es disparatada, porque todas las suposiciones apuntan a que 'Terminator' era el principal agente de Ruanda en la República Democrática del Congo, una función en la que sustituyó al general Laurent Nkunda hace cuatro años. El ejemplo de su predecesor pudo haberle animado a buscar la misma salida cuando las circunstancias militares le fueron adversas. Nkunda, también reclamado por la justicia internacional, protagonizó la última rebelión armada de grandes proporciones en la región y tras el acuerdo entre Ruanda, su supuesto aliado, y Congo, fue oficialmente detenido por Kigali y, presuntamente, permanece bajo arresto domiciliario. Todas las interpretaciones sugieren que las pruebas que guarda en torno al conflicto obstaculizan su entrega a La Haya.
Beneficiosa inestabilidad
'Terminator', de origen tutsi ruandés, fue uno de los líderes de las diversas milicias que se aprovecharon de la inestabilidad de la zona entre 1998 y 2009 para medrar y conseguir en última instancia, tras los acuerdos de paz, incorporarse al Ejército y mantener el mismo tipo de actividades. Instalado desde entonces en Goma, el flamante oficial poseía negocios hosteleros, una fábrica de harina y un rancho de ganado.
La situación cambió radicalmente con la captura y procesamiento de varios 'señores de la guerra', que le hizo temer por su futuro. Aunque no protagonizó la secesión, su ascendiente sobrevuela la salida de oficiales y soldados procedentes de la antigua guerrilla de Nkunda y la creación del M23, nuevo grupo que en noviembre pasado ocupó la ciudad de Goma. Como en otras ocasiones, un momento crítico en el plano bélico impulsó el cambio de rumbo. El enfrentamiento y la presión internacional dieron lugar a las oportunas negociaciones, acuerdos nunca hechos públicos y la esperanza de una paz en absoluto definitiva.
Esta estrategia, tan beneficiosa para Kigali y Kampala, exigía la desmovilización de los milicianos, una circunstancia que perjudicaba la posición de Ntaganda. La lucha entre sus afines y aquellos partidarios de las conversaciones y la previsible reintegración en el Ejército han culminado la caída en desgracia del otrora poderoso líder.
La Monusco (misión de Naciones Unidas en Congo), Amnistía Internacional y el propio Tribunal de la Haya han celebrado su rendición y esperan una rápida resolución que lo conduzca hasta el banquillo. El hipotético procesamiento de 'Terminator' se uniría al de un buen número de políticos congoleños en esa circunstancia, caso de Jean Pierre Bemba, que llegó a ser candidato a la presidencia, o Thomas Lubanga, condenado a 14 años de cárcel, un inquietante precedente que empujó a Ntaganda a su última aventura bélica.