ESPAÑA

Esquerra recela y amenaza a Artur Mas con dejarle solo si aparca la consulta

BARCELONA. Actualizado: Guardar
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Esquerra Republicana de Catalunya tiene la mosca detrás de la oreja. Como socio de CiU en el Gobierno y como líder de la oposición en el Parlament, los independentistas observan con atención los movimientos del presidente de la Generalitat y de la federación nacionalista.

Aprueba que Artur Mas pida a sus consejeros que rehagan los puentes con el Gobierno central, pero a su vez se muestra amenazante por si la oferta de diálogo lanzada por el presidente catalán al Ejecutivo central pudiera llevar acompañada una revisión a la baja de la consulta. Impulsada por las encuestas y consciente de que puede robar apoyos a CiU, a quien hoy supera en intención directa de voto, Esquerra no está dispuesta a permitir ni un paso atrás en el proceso soberanista.

Aunque desde la Generalitat rechazaron que Rajoy haya ofrecido una flexibilización del objetivo de déficit de Cataluña a cambio de olvidarse de la consulta, «sería como si nos dijeran que tenemos derecho a comer a cambio de renunciar a la identidad», afirmó Francesc Homs, desde ERC fueron muy contundentes. «Si CiU vira, ni ERC ni el país les seguiremos», advirtió la portavoz republicana, Anna Simó.

Discurso diferente

De momento, los republicanos afirman en público que no tienen indicios de que Mas piense en rectificar. Pero su discurso sí parece que ha cambiado. No hace mucho, el presidente arengaba a sus colaboradores con frases como «sois los generales de un ejército con una misión histórica». Ahora, motiva a los suyos con objetivos menos épicos: «Nuestra misión es salvar el Estado de bienestar», transmitió el sábado a sus consejeros.

Por ello, Esquerra lleva semanas atando en corto al Ejecutivo catalán, al que aprieta en dos vertientes. Por un lado, trata de que no se desvíe ni un ápice de la hoja de ruta trazada para la convocatoria de una consulta en 2014 y, por otro, ha dejado claro a CiU que no está dispuesto a avalar las cuentas de la Generalitat si se diseñan con un techo de déficit del 0,7% del PIB, un objetivo que supondría un recorte de 4.500 millones, igual que los ajustes sumados de 2011 y 2012.

El Gobierno de Mas sabe que puede perder el apoyo de Esquerra, de ahí que no cierre las puertas a nadie. Sobre todo al PSC, a quien ayer volvió a lanzar una oferta para que ayude en el diálogo con el Ejecutivo central y colabore en sacar adelante los presupuestos.