Mas ordena a sus consejeros que recuperen el diálogo con Madrid

El Gobierno catalán celebró este sábado una reunión extraordinaria y secreta, en la que Artur Mas reclamó a sus consejeros que rehagan las vías de diálogo con el Ejecutivo de Mariano Rajoy, ahora bastante maltrechas.

La delicada situación financiera de la Generalitat, ahogada por la deuda y dependiente de Hacienda para llegar a fin de mes, ha obligado a Mas a tratar de rebajar la tensión entre ambas administraciones. Una relación que no pasa por sus mejores momentos, en parte por el desafío soberanista lanzado por el gobernante nacionalista y la respuesta firme que ha recibido desde Madrid; y en parte también por el tira y afloja que libran Ejecutivo central y autonómico en la negociación de los objetivos de déficit de las comunidades.

La penuria económica de Cataluña es una «emergencia nacional» para la Generalitat, que va a lanzar una ofensiva política y legislativa para buscar un cambio en la percepción de la ciudadanía de que está en un callejón económico sin salidas.

Así, la consigna que recibieron los consejeros en la reunión es dialogar con el Gobierno central en todo lo necesario, pero siempre con dos líneas rojas. Por un lado, no renunciar a ejercer el derecho a decidir y celebrar la consulta soberanista; y por otro, no está dispuesto a poner en riesgo los servicios del estado de bienestar, según señaló ayer la vicepresidenta, Joana Ortega.

El Gobierno catalán, por tanto, se resistirá a diseñar unos presupuestos con un objetivo de déficit del 0,7% del PIB, que implican un recorte de 4.500 millones, una cifra que es la suma de los ajustes de los dos últimos años. Esquerra Republicana, el socio de CiU, ya ha dicho que no avalará un tijeretazo semejante, una negativa que pone en peligro el futuro del Ejecutivo catalán.