Habemus Pacum
Actualizado: GuardarDicen que Juan XXIII murió sin saber tres cosas: si los Jesuitas eran buenos o malos si los Franciscanos eran ricos o pobres y quiénes eran estos nuevos chicos del Opus. El nuevo Papa es Jesuita y ha tomado el nombre del fundador de los Franciscanos. Por lo que pronto vamos a tener respuestas para dos de tres preguntas. A priori, a mí me gusta que sea Jesuita, Francisco.¡y Argentino!
Me gusta que sea Jesuita. Es cierto que los 500 años de existencia de los Jesuitas han sido muy controvertidos. Que si lo del nombre de 'Compañía' de Jesús les viene por su avaricia. Que si más que enseñar a evitar el pecado enseñan a bordearlo. Que si clavan un clavo y se quedan con la casa. Algo de verdad habrá. Pero, también es cierto que han hecho grandes trabajos para la iglesia, la contrarreforma Luterana no fue el menor. Por eso, si a Iglesia necesita una nueva reforma, probablemente un Jesuita sea el más preparado para hacerla.
Me gusta que sea argentino porque eso es tanto como decir casi español. Este Papa tiene que tumbar el muro de populismo han levantado los pueblos sudamericanos. Quizás de la misma forma que Juan Pablo I acabó con el muro de Berlín. A Maduro y Kirchner le tiemblan las entrañas de sólo pensarlo. Uno porque piensa que cuando llegue el Papa se le acaba el chollo de pasear la momia, la otra porque lo único que la hubiese podido contentar es haber salido ella Papa.
Me gusta que se llame Francisco, y que vaya en metro, y no use su coche oficial y se haga su propia comida. Porque va a hacer que a muchos se les caiga la cara de vergüenza. Empezando por los 22.500 políticos choferizados con coches oficiales que tenemos en España, pasando por los de la izquierda del langostino tan aficionados a las comilonas, y terminando en los de los sobres tan poco acostumbrados a pagar la cuenta.
Y sobre todo me gusta el Papa Francisco como persona. Tiene cara de buena gente, y dicen que lo es. Me pareció impresionante su primera aparición en el balcón. La fragilidad de ese hombre que se queda allí. Como pasmado, aturdido, desamparado ante la humanidad. Pero que, al mismo tiempo, deja entrever algo más. 'Suaviter in modo sic fortiter in re', que reza el viejo lema de los Jesuitas. El Papa pasmado va a arrasar.