La Eurozona fuerza un 'corralito' parcial en Chipre
Las cantidades a abonar ya se han congelado y se han restringido las operaciones a través de internet La isla limita las transferencias bancarias para aplicar una tasa especial de hasta el 10% en depósitos
BRUSELAS. Actualizado: GuardarEl Eurogrupo vuelve a jugar con fuego en plena estabilización de los mercados. Los 17 ministros de Finanzas de la moneda única acordaron ayer un durísimo rescate de Chipre -el cuarto de carácter integral en el bloque- que obligó al país mediterráneo a imponer de inmediato un 'corralito' parcial en la banca. La restricción al estilo argentino, que contempla limitaciones para hacer grandes transferencias hasta el próximo martes, incluye la recaudación de un impuesto especial de hasta el 9,9% en todos los depósitos. Aunque el Gobierno español insistió en que el salvavidas chipriota representa un paso adelante, la decisión no tiene precedentes en Europa y amenaza con resucitar las turbulencias.
Mucho se ha escrito sobre las similitudes de la crisis argentina de 2001 y la interminable tormenta del euro, pero hasta ahora ambos caminos no habían llegado a cruzarse. Ayer, sin embargo, los 17 países traspasaron una nueva línea roja y pactaron que los ahorradores chipriotas debían participar en el rescate del país. Para ello, se acordó un doble impuesto que permitirá obtener 5.800 millones. Los titulares de depósitos con más de 100.000 euros participarán con un 9,9% de todo su dinero, mientras que los dueños de cantidades inferiores abonarán un 6,75%. En este último caso, el tajo resulta todavía más sorprendente porque las cuentas con menos de 100.000 euros están protegidas expresamente.
La bautizada como «tasa de la estabilidad» se recaudará antes del próximo martes. El Parlamento chipriota todavía tiene que avalar el gravamen, pero dispone de tiempo extra para cumplir con los trámites. La isla disfruta de un puente festivo de tres días y los bancos no abrirán mañana. El 'corralito' parcial ha entrado en escena para evitar que los ahorradores saquen su dinero. En principio, las cantidades a abonar de cada depósito ya se han congelado y se transferirán a las arcas públicas. En un intento por evitar una fuga masiva, también se han restringido las operaciones en Internet. Todo el proceso lo supervisa directamente el propio BCE.
Cajeros vacíos
Los chipriotas reaccionaron con ira e incredulidad, aunque no se detectaron signos de estampida generalizada. Muchos ciudadanos hicieron cola en los cajeros de distintas ciudades y acabaron con los fondos disponibles. Las cooperativas bancarias, que a diferencia de los bancos tradicionales abren los sábados, cerraron sus puertas para prevenir incidentes. «Estoy muy enfadado. He trabajado durante años para ahorrar y ahora lo estoy perdiendo por culpa de lo que ordenan los alemanes y holandeses», clamaba Andy Georgiou, un isleño de 54 años. «Me gustaría saber dónde está la solidaridad europea. ¿Qué nos han dado a cambio del rescate? Nada», agregó Yiannis Paulov, un joven mecánico.
El presidente chipriota, el conservador Nicos Anastasiades, pidió calma y explicó sin rodeos las causas de una «dolorosa» decisión. «Era la única solución para evitar la bancarrota del país», recalcó antes de recordar que el BCE ya se preparaba para dejar sin liquidez a los principales bancos nacionales. El sector financiero empujó a Nicosia a solicitar el rescate el pasado verano. Las entidades amenazaban con desplomarse tras la quita que se aplicó a la deuda de Grecia, un mercado en el que están fuertemente implantadas. Como sucedió con Irlanda, la isla mediterránea había desarrollado una banca colosal en comparación con el tamaño del país.
El peso del sector financiero, que supera en ocho veces el PIB del país, explica en gran medida las condiciones del rescate. Pese al gran esfuerzo exigido a los depositantes, su dinero no computa dentro del salvavidas. En realidad, la recaudación del impuesto permite reducir a 10.000 millones el montante total e impide que se dispare la deuda del país, un requisito reclamado por el FMI para sumarse al plan de asistencia. La tasa, que se aplicará a residentes y no domiciliados, también se debe al elevado número de clientes extranjeros, buena parte de ellos rusos con fortunas deslumbrantes. Se estima que los ciudadanos de fuera de la isla controlan la mitad de los 67.000 millones ingresados en la banca.
Alemania, que como siempre paga la mayor parte del rescate, había alertado de que no aceptaría una ayuda de la que pudieran beneficiarse oligarcas rusos con fondos dudosos. A seis meses de las elecciones, Angela Merkel exigía que el salvavidas fuera contundente y disipara cualquier duda.
Impuesto de Sociedades
Al margen de la tasa especial, también se aplicará otro gravamen sobre los intereses obtenidos con los depósitos y se obligará a Nicosia a elevar el Impuesto de Sociedades, el más bajo de toda la UE. Pasará del 10% al 12,5%. La UE también negocia con Rusia para que extienda los plazos de un crédito de 2.500 millones otorgado al país y le rebaje los intereses.
El verdadero impacto del rescate habrá que calibrarlo a partir de mañana. El tajo a los depósitos puede devolver la incertidumbre a los mercados y acabar con la tranquilidad amasada gracias a la promesa del BCE de intervenir masivamente si fuera necesario. El presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, insistió en que el caso chipriota era «único» por el descomunal tamaño de su banca.