El juez pregunta a las partes si sienta a Blanco en el banquillo

El proceso judicial del exministro de Fomento José Blanco por el caso Campeón vivió ayer el último paso antes de que el magistrado del Tribunal Supremo José Ramón Soriano decida si sienta en el banquillo al político socialista o por el contrario archiva la acusación que pesa sobre él por presunto tráfico de influencias y prevaricación. El que fuera número dos del PSOE está acusado de tratar de agilizar una concesión pública de la que supuestamente se hubiera beneficiado José Antonio Orozco, un empresario amigo de Blanco desde la infancia.

El juez Soriano dio traslado a las partes personadas de la petición del fiscal Manuel Dolz para que el exalto cargo socialista sea juzgado y les da un plazo de cinco días para que respondan. El Ministerio Público considera que existen indicios suficientes como para sospechar que Blanco incurrió en delito cuando, al frente de Fomento, se interesó de forma «decisiva» por la fase de tramitación en la que se encontraba la concesión de la licencia de una nave industrial en Sant Boi del Llobregat, junto al aeropuerto del Prat. El propio fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce, estimó el pasado martes que se dan los motivos para pensar que Blanco pudo intentar beneficiar al empresario.

El exministro ha mantenido su inocencia desde que salió a la luz su relación con el caso aunque esta semana avanzó su intención de dimitir si finalmente el juez decidía sentarlo en el banquillo. Blanco reconoce que se interesó por el proyecto aunque fue a mero título informativo ya que se trataba de una operación que podía generar hasta 400 puestos de trabajo. Añade que en ningún caso conminó a ningún cargo municipal a conceder favoritismo de ningún tipo a la tramitación del mismo.

Ayer también la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo aceptó la personación como acusación particular de la asociación Transparencia y Justicia.