La canciller alemana, Angela Merkel, con el presidente francés, François Hollande. :: LAURENT DUBRULE / REUTERS
Economia

Merkel avala suavizar ajustes, pero pide rebajar el déficit cuanto antes

Despeja el camino para que España y Francia logren prórroga en la meta de gasto tras flexibilizar los límites aplicados a Portugal

BRUSELAS. Actualizado: Guardar
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Alemania se mantendrá vigilante. Angela Merkel avaló ayer cierta flexibilidad con el ritmo de los recortes si la recesión no cede, pero advirtió de que el objetivo final es irrenunciable. «Los déficits deben reducirse lo antes posible», remarcó la canciller al final de la cumbre de la UE en Bruselas. El visto bueno de la líder conservadora, guardiana de la receta de austeridad a ultranza, despeja el camino para que España y Francia se beneficien de una ampliación en los plazos para equilibrar las cuentas públicas. Aunque no llegaron a tratarse casos específicos, Bruselas anunció en paralelo a la cita europea que otorgará un año adicional a Portugal -hasta finales de 2015- para que alcance el límite sagrado del 3%.

En el sur de Europa, la percepción generalizada es que Merkel está ahogando a buena parte de la población con su empecinamiento con los ajustes. En su país, sin embargo, se escuchan críticas por permitir que los socios con déficit dispongan de un mayor margen para corregir sus desfases. La canciller hizo equilibrios entre ambas visiones, pero insistió en que toda la UE tiene claro lo «dañinas» que son unas cuentas descontroladas. Según corroboró, en la cumbre, «nadie» se opuso a la estrategia de mano dura con los recortes. Pese al elevado voto protesta en las elecciones italianas, la líder germana desveló que ningún socio le trasladó la necesidad de variar el rumbo y apostar por los estímulos.

Merkel se apoyó en la opinión del BCE para demostrar que no está sola. La canciller contó que durante la cumbre exclusiva de la zona euro -los 17 países de la moneda única se reunieron por separado en la noche del jueves- el presidente del organismo monetario, Mario Draghi, les hizo hincapié en el freno que supone para el crecimiento un alto déficit. En una especie de clase magistral, el exgobernador italiano subrayó que los desfases en el gasto restringen el crédito a empresas y hogares. Según su tesis, los países con cuentas más erosionadas tienen mayores dificultades para engrasar su actividad, algo que se ajusta perfectamente a la situación española.

La estrategia de la triple 'C'

El jefe del BCE acudió a la cita comunitaria muy bien pertrechado. Eran las 11 de la noche, pero repartió a los líderes un amplio dossier plagado de gráficos y les explicó dónde deben poner el acento para crecer. El 'profesor' Draghi habló de la estrategia de la triple 'C': competitividad, confianza y crédito. La exposición se centró en la necesidad de que los socios recuperen músculo económico a nivel internacional. Alertó de la importancia de estrechar la brecha entre costes laborales y productividad. No se tomaron decisiones, aunque el responsable transalpino citó a Francia e Italia como alumnos más rezagados.

Draghi remató una clase de economía que había empezado unas horas antes durante la reunión de los Veintisiete en su conjunto. El ponente fue el presidente de la Comisión, Durao Barroso. El líder portugués transmitió un mensaje muy similar volcado en la importancia de que los socios no se queden atrás a escala global. De acuerdo al ranking que mostró, España está en el puesto 36 por competitividad, e Italia en el 42. Pese a la mala posición española, Barroso puso de ejemplo al país junto a Irlanda y Portugal por los grandes avances en las exportaciones, el motor del crecimiento al que siempre se refiere Bruselas.

Merkel aprovechó los argumentos del BCE, pero concedió que la reducción del déficit no es inmune a la evolución de la economía. La canciller se refirió al caso de Portugal, que se ha visto muy afectada por el impacto de la recesión en España, su gran aliado comercial. Por ello, abogó por dejar trabajar a la Comisión a la hora de aplicar el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, la base legal que permite flexibilizar los objetivos de déficit. Esta normativa lleva años en vigor, pero hasta ahora Bruselas la había aplicado con cierta timidez. En mayo, una vez que se hayan verificado las cuentas nacionales, Francia, España y Holanda podrían conseguir una prórroga. En el caso español, no se descarta una extensión de dos años -hasta 2016- para llegar a la meta del 3%.

Bruselas ofreció señales de que trabaja en esta dirección. Tras una nueva revisión de la troika, el comisario de Economía, Olli Rehn, anunció que existen «fuertes argumentos» para suavizar la senda del déficit de Lisboa. Con una caída del PIB del 3,2% el año pasado y un descenso del 2,3% previsto para este ejercicio, el Ejecutivo comunitario avaló que no se lleguen a las reducciones de déficit pactadas.