La hipocresía del carnaval
Actualizado: GuardarSi observamos los signos que dejan las personas a lo largo de su existencia, nos encontraremos con muchos farsantes, hipócritas y fingidores. Pocos son los que dicen lo mismo que lo que piensan en realidad, es decir que son escasos los que expresan lo idéntico en cualquier circunstancia o escenario sobre alguien o algo. En carnaval pasa lo mismo obviamente. Hoy en día está de moda cantar un tango o pasodoble de homenaje o gratitud hacia un autor o trabajador de la fiesta para engrandecerle su labor. Pasa casi siempre que a ese mismo que homenajearon más tarde le achaquen y acusen de los males de su injusta derrota. Es así.
Cuando se mueren sin embargo la cosa cambia. Hay tantos golpes de pecho y amistad por un carnavalero fallecido que muchos nos sorprendemos de las muestras de cariño que profesaban por el ausente. El comparsista es muy dado a eso. Al fallecer un carnavalero, de inmediato le ponen la etiqueta de compañero o amigo aunque al fallecido en sus días y en vida lo hayan criticado, desacreditado o deslucido en todo lo que hiciera en su etapa carnavalesca. Esa misma hipocresía es la que me parece encontrar en esos homenajes o gratitudes que le hacen en sus versos cada año muchos autores a otros autores o 'compañeros'. Estos afectos por los rivales están siendo una gran fuente de inspiración, o mejor dicho fuente de alimentación, porque ciertamente de eso es lo que se trata, de alimentarse con temas sin transcendencia y riesgo para un concurso cada vez con más temas hipócritas y cobardes.
La amistad, el compañerismo, el respeto hay que demostrarlo todos los días y en cualquier lugar. El que se siente 'compañero' de verdad no te lo va a decir nunca en un tango o pasodoble, te lo va a demostrar con su respeto hacia lo que haces cada año y sobre todo por intentar ganarte limpiamente en el concurso con un repertorio y no a cualquier precio.
La muerte en contraprestación les ha servido a muchos para que lo llamen amigo, eso sí.