ESPAÑA

El Gobierno se desvincula de la estancia de la cúpula de ETA en Oslo y de cualquier negociación

El Tribunal de lo Criminal de París condena a 20 años de cárcel a 'Txeroki', 'Ata' y 'Gurbis', los tres últimos jefes militares de ETA

MADRID. Actualizado: Guardar
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Mariano Rajoy aseguró ayer en el Congreso que se equivoca de medio a medio todo aquel que vincule el año largo de estancia de la dirección de ETA en Noruega con la existencia de un proceso secreto de diálogo o negociación entre el Gobierno y la organización terrorista para lograr su disolución definitiva y la entrega de los arsenales.

El jefe del Ejecutivo señaló que si es cierto o no que 'Josu Ternera', David Pla e Iratxe Sorzabal han vivido en Oslo desde la declaración del cese definitivo del terrorismo, el 21 de octubre de 2011, hasta principios de este año, cuando según algunas informaciones fueron expulsados del país, «nada tiene que ver con las decisiones del Gobierno que yo presido». «No se ha negociado con ETA ni se va negociar, solo esperamos que anuncien su disolución», contestó a la líder de UPyD, Rosa Díez, quien le acusó de «saber» de la residencia de la cúpula de etarra en Noruega y de «consentirla».

La diputada señaló que la mejor prueba de esa cierta connivencia es que el Gobierno no exigió a las autoridades noruegas que les detuviesen en ejecución de las órdenes de busca y captura europeas que pesan contra cada uno de ellos, dictadas por la Audiencia Nacional.

Vía cegada

Rajoy no dio una sola explicación sobre si conocía o no la estancia de los cuatro etarras principales en Oslo ni de por qué, si fue así, no reclamó su arresto. Pero lo que sí dejo claro es que el objetivo que buscaba la cúpula terrorista en su exilio escandinavo, un lugar seguro desde el que poder en marcha un proceso de negociación con el apoyo de los grupos de mediadores y verificadores impulsados desde las estructuras de la izquierda 'abertzale', es algo inútil y un fracaso. No habrá tal diálogo, insistió el presidente, ni dará carta de naturaleza alguna ni se reunirá con los mediadores.

Mientras no se produzca el anuncio por parte de la banda de su disolución definitiva, que tiene que ser «incondicional», según remarcó el martes del ministro del Interior, continuarán las detenciones de etarras, incluidas las de Josu Urrutikoetxea, Pla y Sorzabal si logran localizarlos, y no habrá flexibilización alguna de la política penitenciaria.

El presidente del Gobierno se ocupó de recordar que, desde que está en el cargo, 40 miembros de ETA han sido arrestados y que siguen activadas todas las unidades antiterroristas y las estructuras policiales y judiciales de cooperación internacional. Rajoy ni siquiera quiso dar esperanzas a los terroristas para el día siguiente a su hipotética disolución. «Y después, y siempre, se aplicará la ley», concluyó.

La contundencia con la banda también se mantiene en Francia, donde ayer el Tribunal de lo Criminal de París condenó a 20 años de cárcel, de los que deben pasar entre rejas un mínimo de las dos terceras partes, a los tres últimos jefes militares de ETA, Garikoitz Aspiazu, 'Txeroki', Mikel Carrera, 'Ata', y Aitzol Iriondo, 'Gurbitz'. Se trata del proceso de mayor trascendencia en la lucha antiterrorista que se ha juzgado en el país vecino, según Efe.

Los tres jefes terroristas, el exresponsable de explosivos y otros seis etarras han sido condenados por el secuestro de una familia vasca en el sur de Francia y el robo de su autocaravana para cometer un gran atentado en la Comunidad Valenciana que frustró la Guardia Civil.