El presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, conversa con la comisaria de Justicia, Viviane Reding, ayer en Estrasburgo. :: AFP
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Un presidente europeo elegido en las urnas

Bruselas pide por primera vez a los partidos que acudan a las elecciones comunitarias de 2014 con candidatos a liderar la Comisión

BRUSELAS. Actualizado: Guardar
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La comparación puede sonar exagerada, pero los Veintisiete avanzan hacia el sueño de los Estados Unidos de Europa. Tras reforzar como nunca la coordinación económica, especialmente en el seno de la zona euro, los socios apuntan hacia una integración política mucho más solida. Bruselas pidió ayer a los partidos con representación en la Eurocámara que acudan a los comicios continentales de mayo de 2014 con un candidato a presidir la Comisión Europea. El llamamiento abre la puerta a la primera campaña electoral con aspirantes comunes para todos los socios y a la designación directa del jefe del Ejecutivo comunitario. Hasta ahora, esta responsabilidad recaía en los Gobiernos de los Veintisiete.

Bruselas da el paso al frente en plena crisis de confianza en las instituciones europeas. En los países ricos, las turbulencias económicas han alentado en gran medida los movimientos euroescépticos al calor de los rescates llevados a cabo para evitar el colapso del euro. En el sur, en cambio, socios tradicionalmente europeístas como España e Italia han empezado a dudar de la autoridad de la UE por su férrea defensa de las políticas de austeridad.

A esta situación, se une la progresiva pérdida de interés ciudadano en las elecciones continentales por su imagen distante. Desde 1979, año en el que se celebraron los primeros comicios de la Eurocámara, la participación ha menguado desde el 63% al 43% de 2009.

Consciente del díficil momento que atraviesa el proyecto europeo, Bruselas busca un revulsivo que también sirva para paliar los problemas de legitimidad aparecidos durante la crisis. La Comisión, que se ocupa de vigilar la evolución del déficit, puede imponer sanciones multimillonarias a los países si incumplen sus compromisos. A partir de este año, además, los Gobiernos deberán enviar sus Presupuestos de cada ejercicio para que el Ejecutivo comunitario los avale antes de su aprobación definitiva. Esta creciente cuota de poder contrasta con el sistema de elección del presidente de la Comisión, actualmente José Manuel Durao Barroso, y del resto de comisarios. Todos ellos son designados por los países en procesos criticados por su falta de transparencia.

La comisaria de Justicia, Viviane Reding, abogó ayer por romper las históricas inercias comunitarias en las elecciones de 2014. «Europa no puede construirse sin los europeos», proclamó la responsable luxemburguesa. Con este objetivo, pidió a las distintas familias políticas de la Unión que pongan cara al proyecto europeo y alienten un renovado debate sobre el futuro del bloque. La idea es que populares, socialistas, liberales, verdes y el resto de grupos del Parlamento presenten a sus respectivos candidatos a suceder a Barroso. Así, los Veintisiete no tendrán más remedio que nombrar al vencedor sin entrar en posteriores negociaciones marcadas por los equilibrios de poder dentro de la propia UE.

Fecha común

En un intento por reforzar la consistencia de los comicios, Bruselas también reclamó que los Veintisiete pacten una fecha común para su celebración. Como sucede habitualmente, se ha habilitado una horquilla de cuatro días entre jueves y domingo para respetar las costumbres electorales en cada país. Este periodo se aprobó ayer y fija la cita con las urnas entre el 22 y el 25 de mayo. Con esta decisión, la pugna se adelanta dos semanas para evitar coincidir con la Pascua de Pentecostés, festivo en muchos países. Los electores tendrán que designar a 751 eurodiputados, 15 menos que ahora.

La apuesta de Bruselas no ha sorprendido a la Eurocámara, que ya había reclamado poderes adicionales para elegir al responsable de la Comisión. La mayoría de las fuerzas políticas trabajan en la selección de sus candidatos y se barajan infinidad de nombres. El Partido Popular Europeo, formación mayoritaria, podría respetar las preferencias de la canciller alemana, Angela Merkel, y presentar como cabeza de lista al jefe de Gobierno polaco, Donald Tusk. Sería el primer presidente del Ejecutivo comunitario de un país del Este. Entre los socialistas, destaca el máximo representante del Parlamento Europeo, el germano Martin Schulz, aunque tiene en su contra su falta de experiencia en la dirección de un país. Los liberales, por su parte, apuntan a Guy Verhofstadt, exprimer ministro belga.