Emma Lira reivindica el pasado de los guanches en su primera novela
TENERIFE. Actualizado: Guardar«Hay cientos de películas y novelas de los egipcios o los griegos. Les dedicamos museos, estudios y excavaciones pero apenas sabemos nada de los guanches, mucho más próximos a nosotros». Lo dice Emma Lira (Madrid, 1971), periodista y novelista debutante que se empeñó en desentrañar los misterios y leyendas de los primeros pobladores de las Canarias. Lo hace con 'Búscame donde nacen los dragos' (Plaza y Janés) su primera y ambiciosa novela en la que mezcla aventura, intriga, pasión e investigación arqueológica.
Se hace con ella un hueco en el competitivo mundo de la ficción a través de dos historias románticas unidas por un hilo que atraviesa cinco siglos. A través de una suerte de Indiana Jones femenina y muy cercana, desvela secretos milenarios e ilegales tráficos y expolios contemporáneos.
La casualidad y la curiosidad han sido las grandes aliadas de Emma Lira. Cayó «como una paracaidista» en Tenerife hace unos cinco años. Viajera contumaz, periodista curtida en un sinfín de aventuras y viajes, jamás se había interesado ni sabia nada de la mitología guanche y su compleja y extinta civilización «sobre la que nadie había novelado». Buscaba un poco de solaz y un ritmo más pausado de vida al sol de la islas afortunadas cuando un cúmulo de historias comenzó a entrecruzares en su inquieta cabeza. La experiencia personal se cruzó con legendarias historias enterradas y la ficción bulló en su imaginación. Con ese cóctel armó paso a paso, entre la península al archipiélago, una poliédrica aventura que conecta pasado y presente.
María es la protagonista de la novela. Llega a Tenerife huyendo de un desengaño amoroso y encuentra acomodo en una finca regentada por una alemana y un tinerfeño. En un entorno paradisíaco en la que además de albergar restos guanches acabará siendo le llave que le permita acceder a los secretos de los primeros pobladores del archipiélago, llegados de algún punto del norte de África. «Desarrollaron su cultura, su arte y su peculiar organización política durante siglos. En 1496, poco después de conquistar América, Castilla conquista Tenerife tras casi un siglo de lucha y resistencia guanche». Pero durante más de cinco siglos «ha sido como si su memora estuviera dormida», explica Lira.