Pedro en el local del bar Triana, donde desde hace trece años ensaya su comparsa. :: L.R.
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Pedro 'el de los Majaras' tendrá su propia plaza

«Creo que moriré en el escenario» asegura uno de los carnavaleros más ilustres de El Puerto

EL PUERTO Actualizado: Guardar
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Cuando lo tienes delante comprendes por qué es quien es y porque está donde está. Pedro el de los Majaras es todo carisma y personalidad. Algo que viene de cuna y que no se aprende, más bien se entrena en los escenarios de toda España y ante públicos de todas las edades y condiciones. Acaba de cantar en Huelva y Sevilla con su comparsa 'Al mal tiempo buena cara'. Y los años le pesan. «Tengo problemas en los oídos, lo he pasado mal». Pero a sus setenta años se resiste a la retirada. Quizá porque cree que su persona aún es necesaria para el mundo del Carnaval, que se envanece a la misma velocidad que él, hace años, siendo un niño, tomaba el tren de polizón para cantar con otros chiquillos en las ferias y ayudar a sus padres a pasar menos necesidad.

-¿Qué le ha parecido el homenaje que le hará el Ayuntamiento?

-Me he quedado muerto. No me lo esperaba para nada porque nunca lo he buscado. Llevo 60 años cantando por gusto, y esto me llega en un momento en que no pienso morirme. Porque esto sólo se lo dan a quien se va a morir o quien está muerto. Pero quiero dejar claro que esto es un reconocimiento para todos los majaras. Todo el que se haya sentido majara, y pase por esa plaza, que sepa que va para él. Lo hemos sufrido mucha gente, que llevamos toda la vida cantando y llevando muy a gala que somos de El Puerto.

-Porque detrás de la actuación de una comparsa, ¿hay mucho trabajo?

-Son muchas horas, muchas penas y muchas cosas que la gente no ve. He dejado muchas veces a mi mujer sola con mis hijos, por ganar un dinero con el que pudiéramos vivir un poco mejor. Se pasan malos momentos, pero si volviera a nacer haría lo mismo. A cambio he conseguido tener amigos en toda España y el mundo del Carnaval me adora. Lo siento cuando me piden que salga al escenario, cuando gente muy joven quiere un autógrafo.

-¿Y no se plantea la retirada?

-No lo dejo. Yo creo que moriré como la Niña de la Puebla, encima del escenario. Cantar ha sido siempre mi vida. Es un veneno. Cuando tenía diez o doce años, yo y varios niños más nos vestíamos con pantalón negro, camisa blanca y un lacito negro y nos colábamos en el tren de polizones para ir a cantar a las ferias y ayudar a nuestros padres. Y ahí empezó todo.

-¿Esa infancia tan dura le ha marcado?

-Te hace ser más buena persona, saber contar hasta diez y eso ayuda a decirle a los hijos por dónde tienen que ir. Pero el camino que lleva la vida, ojalá que no, pero me temo que vamos a volver otra vez a eso, al hambre y la necesidad.

-Cuando lo nombraron Personaje entrañable del Carnaval el año pasado, tuvo unas palabras para Fernando Gago, que en aquel momento estaba enfermo...

-Fue un gran amigo. Yo siempre he separado la política de las personas, lo hice con él, con Hernán y con Moresco. A todos los políticos les digo lo mismo: que sean buenos con el pueblo porque entonces el pueblo será bueno con ellos. Si todos los políticos hicieran eso... Y los comparsistas debemos cantar las verdades, pero ser apolíticos. Aunque después eso es imposible, porque la política condiciona nuestras vidas, forma parte de la sociedad.

-¿Este año ha sido justo el concurso del Falla con la comparsa?

-'Al mal tiempo buena cara' se habría merecido estar en la final. Pero hay un personaje en Cádiz que siempre tiene algo en contra de los Majaras. No puede ser que de un pase a otro nos quitaran cinco puntos por el tipo. No por un pasodoble, que puede gustar más o menos, sino por el tipo, que es el mismo. Te cansan, pero después vuelves. Antes era todo mucho más honrado y más sano. Claro, que sólo estaban Paco Alba y Enrique Villegas. Tengo la conciencia muy tranquila y sé que lo que vas sembrando, es lo que te quedará después.

-Y cuando pasan los años, ¿no le entran ganas de abandonar?

-Cansaron a la comparsa de Barbate, al coro de Puerto Real, al cuarteto de Rota también lo aburrieron... pero jamás lo conseguirán con Pedro el de los Majaras.

-¿Qué ha significado Manuel Camacho, 'El Chusco', en su vida?

-Fue mi gran amigo. El que lo conoció, se tiene que sentir muy feliz. Con él y el Cate emprendimos este camino en El Puerto y Cádiz. Ellos son los culpables de que yo ahora esté aquí. El Chusco le dio a Chipiona esa sensibilidad. Hizo cantar a los hombres del campo y dejó como herencia ese sentimiento que encumbró a Chipiona a lo más alto del Carnaval.

-¿Y Diego Caraballo?

-Es mi alma gemela. Son muchos los que me han acompañado. Por eso, los homenajes que me hagan a mí, también son para ellos.

-Ahora casi todos los autores se escriben coplas a sí mismos. ¿Qué le parece?

-Lo bonito es que otro comparsista te haga una letra a ti. No a uno mismo. Mira, Paco Alba, Pedro Villegas, Pedro Moreno y todos los de El Puerto, eran poetas. Hoy los autores son periodistas. Vosotros mismos, los periodistas, podríais hacer letras.

-¿De quién se acordará cuando descubran la placa con su nombre en la plaza?

-De mi madre y de mi padre. Él siempre me respetó y yo a él. Pero ella sentía locura. Presumía de que su hijo era artista.