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El alcalde de Ponferrada ignora a Rubalcaba y se aferra a su sillón
El acosador de Nevenka, Ismael Álvarez, cumple lo pactado y renuncia a su acta pero la reacción del socialista Folgueral abre un conflicto interno
VALLADOLID. Actualizado: GuardarEs lo que le faltaba a Alfredo Pérez Rubalcaba, que el alcalde de un pueblo que no llega a 70.000 habitantes osara rebelarse contra una orden directa que pretendía ser todo un golpe de autoridad. Samuel Folgueral se mantiene como alcalde de Ponferrada a pesar de que el secretario general del PSOE, pidió expresamente su renuncia, tan solo ocho horas después de prosperar la moción de censura que le permitió asumir el bastón de mando con los votos de su grupo municipal y los independientes de Ismael Alvarez, condenado por acoso sexual a la exconcejala Nevenka Fernández en 2002.
El día siguiente del pleno extraordinario se convirtió en un hervidero de reacciones, reuniones y maniobras para resolver una situación «complicada», según reconoció el secretario regional del Partido Socialista de Castilla y León, Julio Villarubia, quien mantuvo una reunión en Valladolid con el nuevo regidor de Ponferrada sin ningún resultado concreto. Las palabras del líder autonómico del PSOE, en lugar de aportar luz, desvelan aún más incertidumbre sobre el futuro del gobierno municipal: «No dice (Samuel Folgueral) ni que no va a dimitir, ni que sí vaya a dimitir». Ante la ausencia de declaraciones del alcalde, Villarubia desveló otro comentario que le transmitió Folgueral: « Me dice que vamos a ver si podemos respetar la petición de la ejecutiva federal».
Sin embargo, 24 horas después de la petición de Rubalcaba, Samuel Folgueral permanecía en el sillón de la alcaldía de Ponferrada, apoyado por la ejecutiva provincial del PSOE de León, la provincia de la comunidad autónoma con mayor número de militantes. Los dirigentes leoneses continuaron respaldando a Folgueral porque se había cumplido con el compromiso recogido en el pacto previo a la moción de censura, ya que Ismael Alvarez presentó su renuncia al acta de concejal. Lo hizo en el registro del Ayuntamiento de la capital berciana a las 10.30 horas, lamentando la situación creada. Por eso afirmó que si hubiera sabido de antemano todo el «ruido» creado por el triunfo de la moción de censura, habría anticipado su dimisión justo después de la sesión plenaria, a las dos de la tarde del viernes. La dimisión estaba «garantizada», subrayó .
Acusado y acusador
Alvarez no perdió la oportunidad de encontrarse con los periodistas para arremeter contra el exalcalde, Carlos López Riesco: «Quizás tenga que explicar en algún banquillo de un juzgado de qué manera se han gastado tantos millones de euros sin el procedimiento legal». Asimismo, volvió a quejarse de la «injusticia» que supone recordar la condena por acoso sexual del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León en 2002, ratificada por el Tribunal Supremo e insisstió que en que «nadie puede ser juzgado dos veces», al tiempo que se atrevió a decir que esta situación no solo le hace daño a él, sino también a la familia de su víctima, Nevenka Fernández.
Ismael Alvarez, por tanto, ya no es concejal, pero no se resuelve la crisis interna del PSOE, que salpica a Rubalcaba y deja aislado al secretario general del PSOE y exlíder de los socialistas castellanos y leoneses, Oscar López, que fue quien avaló la operación. El número tres de la ejecutiva federal no solo ha asumido en solitario su responsabilidad para eximir a Rubalcaba, sino que su sucesor en la comunidad se encargó de lavarse las manos al asegurar que «en ningún momento» compartió esta moción de censura, y que siempre matuvo su «oposición frontal» en las reuniones de los órganos internos.
Asimismo, los responsables de la plataforma «tolerancia cero», que en la provincia leonesa consiguieron 350 firmas contrarias al pacto, aseguraron que desde el pasado miércoles 6 de marzo solicitaron que ante la gravedad de los acontecimientos el líder federal, Alfredo Pérez Rubalcaba, supiera exactamente lo que iba a suceder en Ponferrada.
El secretario general del PSOE aseguró ayer que sí sabía que se iba a producir esa moción de censura pero que siempre pensó que tendría lugar después de que Álvarez renunciara a su acta de concejal y no antes, tal y como se había acordado con el visto bueno de quien es uno de sus máximos hombres de confianza y responsable del 'aparato' socialista . «En el partido -adujo Rubalcaba desde Valencia, donde celebró un acto de partido- cada uno tiene sus obligaciones».