Luis de Guindos conversa con el ministro irlandés Michael Noonan, ayer antes de la reunión del Eurogrupo. :: GEORGES GOBET / AFP
Economia

Bruselas advierte a Francia de que puede sancionarle por desviarse con el déficit

El Eurogrupo reconoce los esfuerzos de España con el rescate bancario, pero le pide mantener el «impulso reformista»

BRUSELAS. Actualizado: Guardar
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El debate sobre los efectos de la austeridad a ultranza se recrudece en el seno del Eurogrupo. El resultado imposible de las elecciones celebradas la pasada semana en Italia y la presión de Francia para que intensifique el ritmo de los ajustes han acentuado la división entre los 17 socios del club. El comisario de Economía, Olli Rehn, evidenció ayer las diferencias al lanzar un claro aviso al Gobierno de François Hollande. El responsable finlandés insistió en que «no existe margen para abandonar» la estrategia de reducción del déficit y recordó que tiene a su disposición «sanciones» para los incumplidores. Gracias a sus poderes reforzados, Bruselas puede imponer multas millonarias a los socios para obligarles a respetar sus compromisos.

Olli Rehn se pronunció con contundencia en una entrevista concedida al semanario alemán Der Spiegel. En el país germano, el hecho de que Francia vaya a recibir un año extra para alcanzar el umbral del 3% en el déficit ha provocado fuertes críticas. Lejos de disiparse, la controversia se trasladó a la cita del Eurogrupo en Bruselas. Al igual que sucede con España y Holanda, que casi con toda seguridad también se beneficiarán de una extensión en los plazos, el comisario de Economía recalcó que la decisión está supeditada a dos condiciones. Primero, Bruselas debe verificar que los gobiernos han metido la tijera a conciencia y, segundo, tiene que comprobar que la recesión ha afectado a sus cálculos para sanear las cuentas públicas.

Pese al descontento suscitado en una parte de la sociedad germana, Rehn remarcó que cumplen con las «reglas» al estudiar una flexibilización para Francia. En su comparecencia al finalizar la reunión de los Diecisiete, hizo hincapié en que su guiño a Francia no se traduce en ningún cambio de estrategia global. El comisario volvió a discrepar con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y advirtió de que el organismo monetario se olvida del 'efecto confianza' cuando pide a Europa bajar el ritmo con la austeridad. Bruselas defiende que unas finanzas públicas sólidas se contagian al resto de la economía y conducen a un despegue sostenido.

El ministro de Finanzas francés, Pierre Moscovici, dejó claro que no sintoniza con las tesis de Olli Rehn. A su llegada a la capital comunitaria, señaló que Europa «tiene un problema de crecimiento» y reclamó encontrar el «ritmo adecuado» para que la actividad no se ahogue todavía más. «Hay que evitar añadir austeridad a la recesión», subrayó el ministro galo antes de amplificar la magnitud de la cuestión. A su juicio, no variar la receta provocará «una pérdida de confianza en las políticas europeas» por todo el continente. Consciente de las dudas generadas en Berlín, Moscovici prometió que en el presupuesto de 2014 figurarán los ajustes necesarios, porque son un país «serio».

El Eurogrupo no se mostró tan sensible con la dimensión social de los efectos de los recortes. Los titulares del ramo apenas analizaron el resultado de los comicios en Italia, donde buena parte del electorado expresó al depositar su voto en las urnas su hartazgo con los tijeretazos.

El club de la moneda única también pasó revista al rescate bancario español. Los socios volvieron a mostrar su satisfacción con los esfuerzos del Gobierno de Mariano Rajoy, pero insistieron en que resulta esencial mantener el «impulso reformista». En un análisis más detallado, Olli Rehn destacó la importancia de que España complete el saneamiento del sector financiero. Según el comisario escandinavo, el apuntalamiento de la banca y la tranquilidad en los mercados deberían ser el antídoto para «desbloquear» la llegada del crédito a empresas y particulares. El Eurogrupo sirvió para constatar los avances en el rescate de Chipre., aunque la negociación podría alargarse.