Orden, tesón y la clase de Rafi Cruz, ejes de la victoria

Cualquier tiempo pasado no fue mejor. Esta temporada parece que el Racing Portuense no tendrá que llegar a la recta final con los nervios, la incertidumbre clasificatoria y la tensión del pasado curso. Mal, rematadamente mal lo tiene que hacer el equipo rojiblanco en las próximas once jornadas para descender (deportivamente) a Primera Andaluza. No en vano, los racinguistas tienen a estas alturas 38 puntos, tan sólo uno menos de los cosechados por el Racing al término de la pasada Liga. Y aún restan 33 puntos en juego.

Los racinguistas dieron ayer un golpe definitivo ante el colista Montilla. El premio fue doble: victoria y 18 puntos de renta (más el 'goal average') sobre el 'farolillo rojo' de la competición. El equipo de Mere, cada vez con mayor presencia portuense, responde sobre el césped. Y todo ello pese a llevar dos meses sin cobrar, situación que ha motivado que a partir de ahora el equipo sólo entrene dos días a la semana (miércoles y viernes).

La expulsión cambia el decorado

Del partido de ayer poco se puede decir. En una jornada marcada por el frío y el fuerte viento, un gol de Rafi Cruz sirvió para conseguir el objetivo. El héroe del día de ayer logró un gol de la nada al recoger, tras un magnífico control, un balón caído del cielo y superar a Manolo con un disparo cruzado (26').

Antes no había pasado nada, después pasó muy poco más. Salvo otro intento del propio Rafi Cruz, que supo jugar muy bien de espaldas en la segunda parte, sacado por Manolo, un chut desviado de Zarzuela y un cabezazo alto de Raúl López.

La expulsión de Rober (63') cambió el decorado de un partido en el que el Montilla acabó con más que corazón que cabeza ante un Racing excelso en labores de contención. Había que ganar. Y se hizo.