«Le sorprendimos cogiendo nuestras latas de conserva»
Luis Bárcenas, conocido por su labor como tesorero nacional del PP, nació en Huelva, fue senador por Cantabria y montañero en Badajoz
BADAJOZ. Actualizado: GuardarLuis Bárcenas hizo su primer viaje a Suiza a finales de la década de los setenta. No fue de traje y corbata ni su objetivo fue intersarse por el estado de la cuenta donde un juez ha hallado 22 millones de euros. Aquella primera incursión en la Confederación Helvética la hizo con mochila y botas de monte. El Club Montañeros de Badajoz, al que perteneció el joven Bárcenas, quería escalar el Cervino.
Siempre con extremeños como compañeros de cordada, Bárcenas fue perfeccionado su estilo en Gredos, Pirineos, Alpes o los Andes. «Era un montañero muy constante que continuamente se retaba a sí mismo», asegura María Gemio, una vieja amiga afincada en Badajoz. No todo son halagos. Alguno de sus compañeros de entonces desvela que en más de una travesía lo sorprendieron «cogiendo latas de conserva de la tienda de campaña donde todos guardábamos la comida».
Esta misma fuente añade que no se alteraba sino que les dedicaba una expresión socarrona. «Es la misma cara que puso hace unos días cuando hacía la peineta en el aeropuerto de Madrid recién llegado de Canadá, ése es Bárcenas», comenta con ironía otro protagonista de aquellas expediciones.
Bárcenas recaló en Badajoz porque en 1963 trasladaron a su padre, director de sucursal bancaria, al Banco Central, situado en el edificio Vitalicio de la Plaza de España. Luis y su numerosa familia se instalaron en la barriada de la Paz.
A no mucha distancia se encontraba la planta Coexbega -antigua distribuidora de Coca-Cola-, que fue el segundo destino profesional del padre del extesorero del PP. Vecinos de los Bárcenas de aquella época aseguran que si Luis o sus hermanos sacaban malas notas en el colegio, el padre los castigaba a cargar cajas de refrescos. Sin embargo, otras fuentes niegan que se tratase de un castigo, sino que era la forma en la que Luis podía sacar un dinero extra para financiar su expediciones montañeras.
Juan Pedro Brun relata que unas navidades a mediados de los ochenta viajó con Bárcenas y tres extremeños más al Pirineo francés para escalar un conocida canal de hielo, roca y nieve de 600 metros de longitud. Brun llevaba tiempo sin salir a la montaña, reconoció que estaba fuera de forma.
Llegados a este punto ninguno se vio capacitado para seguir progresando como primero de las dos cordadas que formaron. Tampoco podían bajar de allí rapelando debido a que el estado de la nieve era muy precario e impedía fijar algún anclaje fiable. Se les echó la noche encima. Estaban a la intemperie con temperaturas de quince grados bajo cero. «Al día siguiente -explica Braun- teníamos que salir por arriba como fuera y creo que fue Agustín quien se atrevió a escalar de primero. Por las condiciones en las que estábamos se pactó que yo subiría segundo y Luis (Bárcenas)sería el quinto». Pero no ocurrió así. «Cuando el primero llegó arriba con una ventisca terrible, Luis se coló el segundo para salir cuanto antes de allí. A mí me dejaron el último, por lo que tuve que estar 36 horas atrapado», remacha Braun.