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La Policía desarticula en Madrid una banda de sicarios colombianos
Los siete detenidos están acusados de ofrecer sus servicios a cárteles de la droga para cobrar deudas por medio de asesinatos, secuestros y palizas
MADRID. Actualizado: GuardarVendían sus servicios a modo de «oficina de cobros» para los cárteles de la droga. El Grupo Especial de Operaciones (GEO) detuvo ayer en Madrid a los siete integrantes de una organización de sicarios colombianos relacionados con ajustes de cuentas derivados del impago de las deudas del narcotráfico y que culminarían en secuestros, palizas y asesinatos. A estos últimos se referían en sus conversaciones como «enviarle flores a alguien». Tras el trabajo, los detenidos podían llegar a solicitar hasta la mitad de la cantidad adeudada por la víctima, según desveló una investigación que se ha prolongado durante 16 meses y en la que la Policía Nacional ha contado con la colaboración de las fuerzas de seguridad colombianas y la agencia antidroga estadounidense (DEA).
Además de los arrestos, durante la 'operación Aquiles' se incautó un amplio arsenal que incluía un lanzagranadas antitanque, detonadores, cinco fusiles y pistolas con silenciador, un rifle con mira telescópica, uniformes de policía y una sustancia que podría ser algún tipo de explosivo y que ahora analizan los especialistas de la Policía.
La organización regentaba un restaurante en Leganés que además de tapadera le servía de punto de encuentro y lugar para contactar con sus clientes. Al frente de la red se hallaba un jefe conocido como 'El Conejo', antiguo miembro de la banda 'Señor del Ácido'. Miembros de este grupo están acusados del asesinato de un hombre cuyo cadáver fue hallado en un descampado de la localidad madrileña de Ciempozuelos descuartizado y con signos de haber sido sumergido en ácido con el fin de evitar su identificación.
Guerra entre bandas
Según las fuerzas de seguridad, 'El Conejo' ordenó desde Madrid distintas acciones en Colombia contra una organización enemiga que habría matado a su hermano y a un sobrino. Entre estas se encuentran el asesinato de una mujer en Santiago de Cali o el ametrallamiento de la casa de un narcotraficante que mantenía una deuda con él.
Aunque no se les imputan delitos anteriores en España, la Policía cree que los sicarios se disponían ahora a actuar en territorio nacional, lo que precipitó la operación. La red había recibido el encargo de cobrar una antigua deuda a un ciudadano español que cumplió condena por delitos de narcotráfico. Ante la negativa de este a pagar, la organización habría planeado el secuestro de su hermana con el fin de presionarle, según averiguaron los encargados de la operación. Las víctimas de la acción se ha negado a denunciar los hechos ante el temor de que puedan ser objeto de represalias, según explicó el jefe de la Unidad contra la Delincuencia y el Crimen Organizado (Udyco), Eloy Quirós. Aún así los investigadores confían en que el juez encargado del caso continuará con el procesamiento de los arrestados al considerar que está debidamente acreditada su actividad delictiva.
Entre sus presuntos negocios también figuraba el suministro de armas a un capo de la droga mexicano interesado en expandir sus actividades ilícitas por la Comunidad Valenciana, que no ha sido detenido. También se relaciona a los sicarios con organizaciones mafiosas de originarias de Europa del Este, que serían las que supuestamente les habrían proporcionado el arsenal incautado durante la operación, según detalló Quirós.
El director general de la Policía, Ignacio Cosidó, destacó que la 'operación Aquiles' pone de manifiesto que España es cada vez un país «más hostil» para este tipo de redes delictivas. Así, apuntó que en el año 2012 descendió el número de grupos dedicados al crimen organizado detectados por la Policía al mismo tiempo que se incrementó la cifra de mafias desarticuladas.