La mitad de las empresas exportadoras vendió fuera por menos de 5.000 euros
Al cierre de 2012 había menos firmas orientadas 'regularmente' al exterior que en 2007 y el 3,4% de las compañías acaparaba casi el 90% del negocio
MADRID. Actualizado: GuardarLa mitad de las 130.247 empresas españolas que exportaron mercancías y servicios durante el año 2012, exactamente 64.002 empresas, el 49,1% del total, vendieron al exterior productos cuyo valor ni siquiera alcanzó los 5.000 euros. Solo el 23,5% del total de negocios (unos 30.500) lograron exportar entre 5.000 y 50.000 euros y un porcentaje exiguo (4.457 grandes empresas, el 3,4% del total) acapararon el 87,2% de las ventas fuera.
Son datos extraídos del estudio 'Perfil de la empresa exportadora española', que elabora el Instituto de Comercio Exterior (ICEX) y que, puestos en perspectiva, cuestionan el dinamismo del sector exterior de que presume el Gobierno. Sus resultados hasta noviembre de 2012 dibujan un panorama exportador sin cambios sustanciales en esta crisis, dominado por unas pocas multinacionales a las que acompañan como comparsa una masa de negocios menores (la inmensa mayoría pymes) ávida por colocar fuera aquello que ya no se vende en España.
El informe evidencia que ese paisaje no ha variado respecto de 2011, cuando el 3,8% de las empresas se repartieron el 87,6% de las ventas. Y poco ha cambiado en comparación con 2008 -un buen año para la economía hasta que en septiembre estalló la crisis financiera-, cuando el 4,4% de las compañías exportadoras absorbieron el 86% del negocio. El secretario de Estado de Comercio, Jaime García-Legaz, expresó el pasado martes su satisfacción por la evolución de la base exportadora durante la presentación de los resultados de la balanza comercial: «En 2012 se incrementó un 12% el número de empresas exportadoras, ya tenemos 130.247, y también crece un 3% el número de las que exportan regularmente», celebró.
Evolución del negocio
Los datos del ICEX expuestos más arriba matizan el mensaje triunfalista que dibuja el Ejecutivo. Es innegable que desde 2007, último año del boom económico previo al reventón de la burbuja inmobiliaria, el número de empresas exportadoras se ha disparado desde 97.418 hasta 130.247 (casi un 34% más). Pero el negocio aumenta a un ritmo bastante menos intenso: si hace seis años España vendió al exterior por 185.023 millones de euros, según el ICEX, en 2012 la facturación hasta noviembre fue de 204.855 millones, solo un 10% más. Los datos «provisionales» avanzados por la Secretaría de Estado de Comercio elevan a 222.643 millones el valor de las ventas en el conjunto del año, lo que supondría un 20% más que en 2007.
Aún más significativa es la evolución del número de empresas que exportan regularmente, categoría que engloba a las que han vendido al exterior productos en los últimos cuatro años. El año pasado su número aumentó un 3%, hasta 38.126 (datos del ICEX hasta noviembre). Pero esa expansión viene precedida de caídas en los tres años anteriores, de forma que en 2012 el número de compañías que exportaron con regularidad todavía fue significativamente inferior (1.000 menos) que las 39.125 que lo hicieron en el año 2007 y las 39.641 de 2008.
La explicación a esta evolución que ofrecen los expertos es que el sector exterior de España experimenta una evolución típica de una etapa de crisis: Ante el desplome de las ventas en el mercado interior, las empresas se lanzan a buscar fuera nichos de negocio donde colocar sus productos para capear el temporal. Se trata de desaparecer o lanzarse a la aventura de la internacionalización. Y los resultados son desiguales. Las cifras del ICEX sobre reparto del negocio denotan que, para casi la mitad de las empresas que exportan, los ingresos obtenidos por esa vía ni siquiera son una parte sustancial de su facturación total.
Entonces ¿por qué España exhibe en su balance anual de 2012 una fuerte reducción del déficit comercial (hasta 30.757,4 millones de euros) y una tasa de cobertura -porcentaje de importaciones cubierto por exportaciones- del 87,86%, la mayor desde que existen registros?
La respuesta está en la dureza de la recesión española, que ha hundido el consumo interno y, como consecuencia, ha hecho retroceder un año más las importaciones. Esa caída de las compras -del 2,85% el total pero del 6,6% si se excluyen las de energía (petróleo y gas)- explica que la balanza comercial exhiba hoy unos datos globales que se asemejan a los que cualquier país desearía. Eso sí, en época de bonanza.