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El caso de Amanda Meyer y la «tradición colegial» del PP
El nombramiento de la hija de Willy Meyer es el más llamativo de los casos similares a esta 'tradición' socialista en otros partidos
CÁDIZ. Actualizado: GuardarEl pasado 11 de junio se produjo un nombramiento que hizo pensar a muchos ciudadanos que la tendencia a la endogamia familiar, que llama la atención en el PSOE, no es exclusiva de un solo partido. Aquel día, Amanda Meyer fue nombrada secretaria general de Vivienda y Rehabilitación de la Junta de Andalucía. Esta mujer es hija de Willy Meyer y Julia Hidalgo, históricos dirigentes de Izquierda Unida, formación por la que su padre ha sido un veterano integrante del Congreso de los Diputados. Meyer Hidalgo nació en Sanlúcar en 1977, abogada, tiene formación previa en varios bufetes y en asociaciones de ayuda a víctimas del terrorismo, a las que representó en sumarios abiertos en la Audiencia Nacional.
Su nombramiento levantó el mismo debate que provocan cada poco los apellidos socialistas, la duda sobre los límites que deben tener los nombres, si es injusto que sean un impedimento para el que está cualificado o si resulta un agravio para el resto de aspirantes que se conviertan en aval, en ventaja.
El Partido Popular, en Cádiz, es un caso bastante extraño, casi ajeno a la herencia familiar de militancia y protagonismo, institucional u orgánico. Eso sí, a nivel local y provincial. Un alto responsable de la formación, que prefiere no ser citado, asegura que «está más en la tradición del PSOE que en la del PP. En el Partido Popular es más común que vayan ascendiendo grupos de amigos que se conocieron en la etapa de estudios. Hay algo así como una tradición colegial, universitaria. Eso sí es más frecuente, pero hijos o parientes de anteriores dirigentes, no se ven apenas. Los hijos de los antiguos líderes locales, de Emilio de la Cruz a Juan Castellví, José Antonio Gutiérrez Trueba, e incluso Teófila, tienen caminos profesionales ajenos a la política, ni han entrado y, la mayoría, ni viven en la provincia».
Los episodios 'familiares' que se conocen a dirigentes del PP en Cádiz son las denuncias verbales, políticas, a José Blas Fernández. En 2009, concejales socialistas le pidieron que aclarase la presencia de un sobrino y una nuera en la estructura municipal. Igualmente, Enrique García-Agulló, mano derecha de Teófila Martínez durante años, dejó el cargo en 2007 cuando una de sus hijas empezó a representar a la empresa Delphi en el proceso de desmantelamiento de la factoría de Puerto Real que dejó sin empleo a unas 2.000 personas.