Rajoy pasa la página del extesorero sin dar explicaciones en el Congreso
El PP admite que «faltaron y fallaron los controles», pero indica que no hará más comentarios sobre los pagos a Bárcenas
MADRID. Actualizado: GuardarMariano Rajoy da por concluida la etapa de inestabilidad provocada en el Gobierno y en su partido por el estallido del 'caso Bárcenas', tras conocerse el 16 de enero que el extesorero del PP llegó a esconder en Suiza hasta 22 millones y publicarse un manuscrito con la supuesta contabilidad B que ocultaría dos décadas de donaciones en negro y presuntos pagos de sobresueldos a la cúpula popular.
El presidente del Gobierno superó dos días de Debate sobre el estado de la Nación sin nombrar a Bárcenas y sin hacer caso de las insistentes peticiones de explicaciones de todos los grupos. Pertrechado en la mayoría absoluta, ignoró las exigencias de dimisión y las acusaciones, y en ningún momento aceptó que su partido esté en el ojo del huracán de la corrupción. Se trata, en su opinión, de un fenómeno «reprobable e inadmisible», que es «problema de todos», en el que la «generalización y la crítica desaforada son injustas y perjudiciales», y para cuya erradicación el Gobierno ha tomado la iniciativa con un ambicioso plan de prevención y represión que pretende pactar con el resto de grupos.
Todo lo que Rajoy parece dispuesto a comentar sobre el 'caso Bárcenas' lo dijo ayer en el Congreso ante la insistencia del portavoz del PNV, Aitor Esteban, quien aseguró que «no son de recibo» los silencios y contradicciones del PP y exigió saber por qué el extesorero cobró hasta diciembre un sueldo anual de 225.000 euros pese a haber dejado el cargo en 2010 o por qué se mantuvo en nómina al marido de Ana Mato, Jesús Sepúlveda, hasta hace solo unos días pese a llevar cuatro años imputado por sobornos y cobros de comisiones de 'Gürtel'.
Sin nombrarlos, el presidente hizo la única alusión directa a los exdirigentes populares imputados en once horas de debate: «Las personas que usted ha citado hace ya años que no tienen ninguna responsabilidad en mi partido». En otras palabras, todas las responsabilidades políticas que el PP y el Gobierno están dispuestos a asumir por estos casos se agotaron con los ceses de los propios imputados. Con su marcha, dicen, se rompió la vinculación de los populares con la causa y ahora todo se reduce a un problema particular de Bárcenas y Sepúlveda y del resto de imputados con la Justicia.
En las dos horas siguientes, las exigencias de información de cada orador que subía a la tribuna del hemiciclo quedaron, como el día anterior, sin respuesta. Para el jefe del Ejecutivo es un asunto zanjado.
Reaparecen los portavoces
Los dos principales portavoces del PP, Dolores de Cospedal y Carlos Floriano, reaparecieron tras días de apagón informativo para apoyar el pase de página de Rajoy. El mensaje fue doble. No habrá más información sobre los pagos a Bárcenas y el asunto ha pasado del debate político a manos de la Justicia.
La secretaria general insistió en que las responsabilidades políticas se saldaron con el cese. Una decisión que, dijo, «estuvo divinamente tomada» por no se sabe quién. Con igual rotundidad, aseguró que el partido no tiene «absolutamente ningún temor» de que la investigación sobre los manuscritos del extesorero termine por salpicarle porque son falsos.
Floriano rechazó explicar por qué Bárcenas cobró sueldos hasta diciembre y se limitó a decir que «su relación laboral en este momento está rota» y que «ya hemos dicho todo lo que teníamos que decir».
El único que entonó algo parecido a una disculpa fue el portavoz en el Congreso, Alfonso Alonso, que, sin citar el caso, indicó que «fallaron y faltaron los controles y se relajó la exigencia ética». Pero lo hizo justo antes de defender «la honradez» del Gobierno y del PP y de añadir que ahora hay que mirar al futuro y cerrar el pacto propuesto por Rajoy porque «la corrupción política es responsabilidad exclusiva de los corruptos».