La violación y asesinato de tres niñas vuelve a desatar la furia en India

Regresaban del colegio como un día cualquiera, ajenas al peligro que se escondía tras el rostro amable de aquellos desconocidos que se cruzaron en su camino y les ofrecieron un poco de comida. Las pequeñas, tres hermanas de 6, 9 y 11 años, miraron con inocencia aquel aparente gesto de bondad. Tenían hambre y nada les hizo sospechar. Hace cuatro años que su padre había muerto y desde entonces vivían sumidas en la extrema pobreza junto a su madre en el pequeño pueblo de Murmadi, perteneciente al estado indio de Maharastra, en el oeste del país. Apenas 48 horas después, las niñas aparecieron muertas en el interior de un pozo situado a solo 500 metros de su casa. Habían sido violadas y brutalmente asesinadas.

Las fuerzas del orden intentaron registrar inicialmente el caso, ocurrido el pasado 14 de febrero, como un accidente. Pero la furia de los habitantes de la localidad ha forzado a la Policía a investigar las circunstancias. Los agentes han creado cinco equipos para buscar a los culpables y ofrecen una recompensa de casi 700 euros por información que conduzca a la detención de los responsables. Aunque hasta el momento no se han producido arrestos, cuatro personas han sido puestas bajo custodia para ser interrogadas.

«Las niñas fueron violadas antes de ser asesinadas», confirmó ayer la superintendente de Policía, Arti Singh, que precisó que «los cuerpos fueron encontrados en una fosa, con sus mochilas y sus zapatos». El suceso ha provocado una nueva oleada de indignación en todo el país, donde ha regresado a la memoria la agresión sufrida el pasado diciembre por una estudiante de 23 años en un autobús de Nueva Delhi. La joven -que murió días después- fue violada durante horas, vejada con una barra de hierro y lanzada finalmente por la cuneta.

Las protestas multitudinarias que despertó el caso de la joven Jyoti Singh Pandey obligaron al Gobierno a emprender medidas encaminadas a crear un sistema de protección más eficaz y endurecer las penas. Los abusos sexuales siguen siendo una pesadilla habitual en un país donde cada veinte minutos es violada una mujer. Solo en 2011 se contabilizaron 24.206 denuncias de este tipo, de acuerdo con el último informe oficial.

El crecimiento que experimenta India como potencia emergente convive con una alarmante estadística de discriminaciones y viejas costumbres que hacen intransitable el camino hacia la igualdad. Además de los abortos selectivos y la elevada cifra de abusos sexules, es también una realidad que las niñas reciben menos comida y peor asistencia sanitaria que los niños.

Salir a las calles se convierte en un auténtico riesgo para las mujeres, que muchas veces son culpadas por sus propios familiares de incitar a ser violadas.

mujeres fueron violadas en 2011 en India, según el último informe oficial. Del total de denuncias presentadas, solo una cuarta parte son resueltas por las autoridades.