En el centro y con envoltorio verde, una bolsa de raviolis de la marca retirada del mercado. :: REUTERS
Sociedad

Nestlé retira platos con restos de carne de caballo

La multinacional suiza señala que el producto afectado procede de una compañía alemana que abastece a uno de sus proveedores

MADRID. Actualizado: Guardar
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La compañía alimentaria Nestlé ha ordenado retirar de los supermercados los productos de pasta con carne de vacuno en España, Francia, Portugal e Italia, después de conocerse que contienen rastros de ADN de caballo en una proporción superior al 1%. La empresa ha suspendido la distribución de precocinados procesados por el proveedor alemán H. J. Schypke. Entre los artículos desalojados de las estanterías figuran los raviolis y tortellini de carne Buittoni.

Pese a que ha sido señalada con el dedo por Nestlé, H.J. Schypke, empresa que emplea a 80 personas cerca de Bremen, se negó a asumir cualquier responsabilidad en los hechos.

Nestlé recalcó, sin embargo, que «la seguridad alimentaria no está en entredicho», aunque reconoció que las deficiencias en el etiquetado de productos está originando el incumplimiento de los estrictos requisitos «que los consumidores esperan de nosotros». Para reforzar los controles, la compañía suiza anunció que aplicará nuevos test para detectar rastros de carne de caballo en sus centros de producción en Europa. El caso llevó a la Policía italiana a realizar inspecciones en la sede de la multinacional helvética en Milán y su planta de producción de Moretta. Los agentes supervisaron los procedimientos de autocontrol de la empresa y velaron por el buen cumplimiento de la retirada de precocinados.

Para despejar malentendidos, Nestlé descartó que el origen de la presencia de restos de equinos en preparados de ternera tenga que ver con proveedores españoles, como dijo el director de Protección del Consumidor de la Autoridad de Seguridad Alimentaria de Irlanda (FSAI), Raymond Ellard, cuando se registraron casos similares en ese país. El fraude se va extendiendo como una mancha de aceite por toda Europa. No en vano, el grupo suizo informó de que su filial portuguesa ha ordenado retirar del mercado de Portugal y de Francia lasañas con carne de caballo. Por primera vez desde el inicio de la crisis, los productos eliminados de la circulación del mercado luso no son solo platos precocinados de venta en supermercados, sino productos que se han distribuido en hoteles, restaurantes y cafés.

Otro gigante del sector agroalimentario, el brasileño JBS, líder mundial en el procesamiento de de carne bovina, suspenderá la comercialización de productos cárnicos europeos e insistió en que carece de cualquier implicación en el fraude. JBS aseveró que no mantiene ninguna «relación empresarial u operativa» con el suministrador H.J. Schypke. La firma brasileña resalta que, en el caso mencionado, «todo el proceso operativo y logístico fue llevado a cabo por el productor alemán, que enviaba el producto directamente al cliente final».

Goulash y tortellini

Una firma destacada del sector de la distribución, la alemana Lidl, reveló haber retirado el goulash de carne y el tortellini a la boloñesa en sus tiendas en Suecia y Finlandia tras apreciar rastros de carne de equino.

Mientras, la Justicia francesa registró la empresa empresa Spanghero, sobre la que pesan sospechas de hallarse en el centro del escándalo, pese a que la víspera el Gobierno galo la autorizó a que siga produciendo carne picada, salchichas y platos cocinados. «A partir de esta tarde, se ha iniciado la fase judicial con investigaciones, registros e interrogatorios in situ», dijo una fuente judicial. Los datos hablan bien a las claras de la magnitud del escándalo. Spanghero compró 750 toneladas de carne de caballo, 550 toneladas de las cuales se usaron para fabricar unos 4,5 millones de platos fraudulentos vendidos en trece países europeos.

Después de difundirse la noticia de la implicación de Nestlé, la organización de consumidores Facua-Consumidores en Acción denunció a a la multinacional y pidió a las autoridades de varias comunidades autónomas, entre ellas la catalana, donde Nestlé tiene su sede social, la apertura de un expediente sancionador al estimar que ha incurrido en «publicidad engañosa».

Sin embargo, para las autoridades españolas, no hay problema. El secretario de Estado de Comercio, Jaime García-Legaz, dijo que todos los productos que se comercializan en España están «perfectamente controlados por las autoridades sanitarias», por lo que el problema de la carne de caballo no le causa «ninguna preocupación en estos momentos». No comparte la misma opinión la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), quien solicitó la comparecencia urgente del ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete.