Una cabaña de la reserva natural de Waza, al norte de Camerún, donde ayer fueron secuestrados siete turistas franceses. :: MARC PREEL/ AFP
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Secuestrada una familia francesa en una zona turística de Camerún

Los tres adultos y cuatro niños salían de visitar el parque natural de Waza cuando fueron asaltados por hombres armados en motocicletas

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Siete turistas franceses, incluidos cuatros niños, fueron secuestrados ayer en el norte de Camerún por un grupo de hombres armados. El presidente François Hollande aseguró que los responsables son terroristas provenientes de la vecina Nigeria. El rapto tuvo lugar en Dadanga, una población situada a diez kilómetros de la frontera entre ambos países, y fue llevado a cabo por desconocidos que llegaron en motocicletas. La acción se produce tan solo cuarenta y ocho horas después de que otros siete extranjeros contratados por una compañía libanesa fueran capturados en el estado nigeriano de Bauchi.

Las primeras informaciones aseguran que los rehenes son una familia de expatriados galos que vive en la capital de Camerún, Yaoundé. En el momento del secuestro acababan de visitar, en compañía de un amigo, el parque natural de Waza, el más importante de África Occidental. Además de los tres adultos, los terroristas se llevaron a los pequeños de cuatro, siete, nueve y once años. La región septentrional de Camerún, ribereña del Lago Chad, es una de las más turísticas del país, aunque limita con el estado nigeriano de Borno, bastión del colectivo islamista Boko Haram.

Islamistas nigerianos

Si se confirma la autoría de los fundamentalistas, supondría su primera incursión fuera del territorio nacional y contra turistas. La banda Ansaru, una formación surgida el pasado año, puede ser la responsable del secuestro. La nueva entidad se ha atribuido la desaparición de los siete trabajadores de la firma Setraco y la del ingeniero francés Francis Collomp el pasado mes de diciembre en el estado nigeriano de Katsina.

El grupo terrorista explicó el rapto del técnico como una consecuencia de la intervención gala en Malí, aunque los secuestros de extranjeros se han convertido en un fenómeno habitual en el Sahel.

Otros siete franceses permanecen en paradero desconocido, aunque todas las sospechas apuntan a que siguen retenidos por bandas en la amplia zona montañosa que separa Malí de Argelia. Según tales suposiciones, Al-Qaida del Magreb Islámico tiene en su poder desde setiembre de 2010 a Thierry Dol, Daniel Larribe, Pierre Legrand y Marc Féret, empleados de la firma minera Areva. Los raptos en Nigeria no han sido una práctica habitual de las milicias islamistas hasta la irrupción de Ansaru el pasado año, si bien constituyen una modalidad frecuente de la delincuencia común en todo el país. Sus víctimas son tanto foráneos como nativos acaudalados y el objetivo es obtener un rescate en breve plazo.

El pasado mes de abril, el médico español José Martín Machimbarrena fue secuestrado en una zona cristiana y liberado quince días después. La violencia en el norte del país no decrece a pesar del ofrecimiento de un alto el fuego anunciado en el canal Youtube por Sheikh Abubakar Shekau, líder de Boko Haram. El pasado día 8 nueve enfermeras fueron asesinadas en la ciudad de Kano y el 11, tres médicos norcoreanos corrieron la misma suerte en la ciudad de Potiskum. En los últimos tres años, unas 1.500 personas han fallecido en atentados y enfrentamientos entre los grupos armados, la Policía y el Ejército. El Gobierno nigeriano exige la renuncia expresa a la lucha armada para iniciar las conversaciones de paz.