El magistrado José Castro sale el sábado de los juzgados de Palma de Mallorca. :: JAIME REINA / AFP
ESPAÑA

«Yo no pintaba nada en la fundación, quienes pintaban eran Torres y Urdangarin»

La confesión de Nieto, el testaferro del duque Fdcis, se ha convertido en una de las principales pruebas de cargo contra el marido de la infanta

MADRID. Actualizado: Guardar
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Javier Ignacio Nieto Santa. Su nombre era casi desconocido en el 'caso Nóos', pero de la noche a la mañana su confesión se ha convertido en una de las principales pruebas de cargo contra Iñaki Urdangarin. El interrogatorio de Nieto fue una de las diligencias secretas que el pasado 12 de febrero el juez José Castro y el fiscal Pedro Horrach realizaron en Barcelona. Allí, en las dependencias policiales del número 192 de la calle Balmes, el que fuera hombre de paja del duque de Palma lo confesó todo, empezando por el hecho de que el yerno del Rey y su socio Diego Torres le engañaron para presidir la Fundación Deporte Cultura e Integración Social (Fdcis), la heredera de Nóos, en la que él no «pintaba» nada, más allá que figurar en el organigrama como máximo responsable.

La declaración de Nieto, a la que ha tenido acceso este periódico, es básica para probar que Urdangarin siguió ligado a Torres tras el supuesto aviso de la Zarzuela para que rompiera con su exsocio. Es fundamental también para probar que el duque de Palma (aunque no aparecía como tal) era el verdadero responsable de esta fundación creada en 2007, que desvió centenares de miles de euros a paraísos fiscales a través de un complejo entramado societario que pasaba por Belice, Reino Unido, Panamá, Andorra y, finalmente, Luxemburgo.

«Diego Torres fue quien me solicitó ser presidente. Luego Urdangarin, junto a Torres, me insistieron para que fuera presidente, cosa que consideré como un honor. Nunca pensé en que iba a ser un testaferro, creí que el ofrecimiento era sincero», relató Nieto, que declaró como testigo. El presidente de Fdcis reveló en el interrogatorio que llegó a reunirse hasta en cuatro ocasiones con el duque y con Torres, y que el propio Urdangarin acabó por convencerle para encabezar el proyecto porque «me dijo que era un sueño para él».

Pero, a tenor de sus declaraciones, pronto se dio cuenta de que no «pintaba» nada en la fundación que presidía y que en realidad estaba manejada a distancia por Urdangarin y Torres. «Materialmente yo tenía muy pocas funciones. El patronato se realizaba virtualmente. En realidad, el patronato nunca se reunía. Los pocos acuerdos que tomaban se hacían por mail», explicó Nieto, que conoció a los dos socios en Esade, donde también él era y es profesor.

«Todo lo que se decidía era de índole menor, como situar el domicilio social u otorgar unos poderes», apuntó el testigo, al que le contaron que esa forma de dirigir una fundación a través de correos electrónicos y celebrar juntas virtuales era lo normal, porque los miembros de la institución estaban repartidos por todo el mundo. «Los acuerdos de la fundación me venían dados por correos», remachó.

Los que «pintaban»

Nieto admitió ante Castro y Horrach que ahora ya es consciente de que no era más que un testaferro que el yerno del Rey y Torres colocaron para parapetarse tras él. «Yo no pintaba nada en la fundación, quienes pintaban eran Torres y Urdangarin», hasta el punto de que el testigo, a pesar de ser el presidente, «nunca» se reunió con ninguno de los miembros del patronato.

El testigo se desvinculó absolutamente de las cuestiones «financieras». «Nunca las conocí cuando era presidente», explicó, antes de señalar que todas las supuestas irregularidades las ha conocido ahora «por la prensa» y que «muchos aspectos sobre este caso han sido una sorpresa». Nieto negó de manera tajante saber que la fundación que él presidía había comprado la sociedad De Goes, usada para sacar dinero a paraísos fiscales. Calificó aquella operación de «barbaridad» y «lamentó» no poder ayudar al juez y al fiscal a esclarecer esa trama.

«Nunca me comentaron nada», fue su respuesta cuando el magistrado preguntó si conocía el acuerdo de la fundación que presidía con Madrid 16 en virtud del cual Fdcis se llevó 120.000 euros por no hacer nada.