ESPAÑA

Diego Torres amaga con tirar de la manta

PALMA DE MALLORCA. Actualizado: Guardar
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Las 11 horas de ayer es la 'hora H' en el 'caso Nóos'. Cuando falte una hora para el mediodía, Diego Torres desvelará en Palma de Mallorca si, tras casi un año y medio de silencio ante el juez, se decide a volver hablar. Desde su entorno, en las últimas horas han dado a entender que esta vez sí. Que el exsocio de Iñaki Urdangarin por fin va a declarar y que su interrogatorio podría ser una «carga de profundidad» para el yerno del Rey, pero también para la infanta Cristina y para otras personas de la Zarzuela. Torres, y su abogado Manuel Gónzález Peeters, han hecho de la imprevisibilidad el eje de su táctica de defensa en este proceso, por lo que nadie en el Juzgado de Instrucción 3 de Palma se atreve a aventurar qué hará exactamente el otrora mejor amigo del duque y su mujer, Ana María Tejeiro, que está llamada a declarar a las 9.30 horas.

En febrero de 2012, Torres prefirió guardar silencio ante el instructor José Castro y aguantó que una semana después Urdangarin cargara sobre él todas las culpas sobre las supuestas irregularidades millonarias del instituto Nóos. Fueron dos días de acusaciones radiadas por todos los medios que Torres no ha llegado nunca a contestar de viva voz. En mayo del año pasado, tras pedir volver a ser citado, se arrepintió y pidió que se anulara la comparecencia. La voz de Torres en sede judicial no se escucha desde que estallara el escándalo que salpica al yerno del Rey. La primera vez que declaró fue el 11 de julio de 2011 ante Castro en Palma, cuando defendió la legalidad de los acuerdos con el Gobierno de Matas para organizar los Balears Forum. Luego, en noviembre, lo hizo en Barcelona ante la Fiscalía Anticorrupción. En ninguna de las dos ocasiones cargó contra Urdangarin.

En teoría, «solo en teoría» advierten en el juzgado de Castro, la nueva citación de Torres es para interrogarle sobre las novedades del caso, particularmente sobre los tres delitos contra la Hacienda Pública en 2007 y 2008 cometidos por el matrimonio Torres-Tejeiro e Iñaki Urdangarin y por la aparición de cuentas bancarias en Andorra, Suiza y Luxemburgo, que apuntarían a la evasión fiscal. Pero un imputado, explican fuentes del caso, puede hablar de lo que quiera.

Torres y su abogado, aun sin llegar a declarar en los últimos meses, ya han dejado claro que tienen en su punto de mira a la Casa Real. En especial a la infanta Cristina. El exsocio ve como una afrenta que su mujer esté imputada y que la esposa de Urdangarin no haya sido siquiera llamada a declarar como testigo. Desde abril del año pasado, solo un mes después de que el yerno del Rey culpara de todo a Torres, el letrado González Peeters utilizó con profusión el ataque reiterado a la Zarzuela como forma de defensa de su cliente. Y todo apunta a que Torres, si habla mañana, siga, en esa idéntica línea, que en los juzgados de Palma ya llaman la «estrategia de los mails».