Ana Mato y Luis Bárcenas, en el congreso de Valencia en 2008, cuando ocupaban los cargos de vicesecretaria general de Organización y tesorero del PP. :: JAIME GARCÍA
ESPAÑA

El PP ocultó que Bárcenas siguió en nómina del partido hasta diciembre

La formación aseguró que pagó una «indemnización por resolución de contrato de trabajo» pero abonó las cuotas de IRPF y la Seguridad Social

MADRID. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Luis Bárcenas fue empleado del PP, con cotizaciones y pagos de IRPF incluidos, hasta diciembre de 2012, según han confirmado responsables de la Agencia Tributaria y de la Seguridad Social. El PP decidió mantener en secreto que el extesorero seguía en nómina como un trabajador más aunque no realizaba labor alguna que se conozca pese a las graves imputaciones. El partido solo decidió romper esa relación laboral hace un mes y medio, apenas días después de que el Gobierno supiera de los 22 millones de euros depositados en Suiza. Nunca hubo un «finiquito» como alega el PP, al menos no un «finiquito» como lo entiende el común de los mortales: un dinero que se paga de una sola vez o en varios pagos al empleado y que pone punto final a una relación laboral.

El PP, explicaron fuentes conocedoras del proceso, llegó a un pacto con el hombre que gestionó sus cuentas durante 23 años para que siguiera en nómina, eso sí sin que trascendiera. El acuerdo era sencillo. Bárcenas, como hizo el 8 de abril de 2010, renunciaba con «carácter definitivo a sus funciones como tesorero del partido» y solicitaba la «baja temporal como militante de la formación». El PP agradecería públicamente los servicios prestados y, en secreto, garantizaba que su continuidad como empleado del partido. Era el mismo acuerdo al que se llegó con el también imputado en el 'caso Gürtel', Jesús Sepúlveda, al que solo se despidió la pasada semana tras conocerse que estaba a sueldo del PP por unos trabajos que nadie es capaz de precisar.

Este pacto es el que explicaría que Bárcenas siguiera frecuentando la sede de la calle Génova de Madrid y que tuviera una sala, la Andalucía, para almacenar su documentación.

Con esta maniobra, apuntan responsables de la Seguridad Social, el PP no incurrió en ningún fraude a la administración al cotizar por Bárcenas. De haber pagado su Seguridad Social sin relación laboral hubiera sido una irregularidad «muy grave» recogida en la Ley sobre Infracciones y Sanciones en el Orden Social. El PP tenía que pagar la Seguridad Social porque el también exsenador era su empleado. Es más, fuentes de la Agencia Tributarias revelaron ayer que durante todo el 2011 el PP retuvo de forma periódica cantidades a cuenta del IRPF de Bárcenas y en un finiquito no hay retenciones. Los datos del 2012 aún no están computarizados.

Capítulo de indemnizaciones

Por eso, el PP no quería hacer público cuál había sido la cifra que había pagado por el despido. Simplemente no había «finiquito» que enseñar porque, aunque en su comunicado los populares hablan de indemnización, lo hacen en término coloquial porque técnicamente no era tal. El partido solo podría haber mostrado las nóminas de Luis Bárcenas. A pesar de reiterar la petición de enseñar los papeles de la liquidación de Bárcenas, el PP volvió a negarse hoy una vez más a hacer público un solo documento. Diversos expertos tributarios alertaron ayer de que de haber sido cierto el fin de la relación laboral entre el PP y Bárcenas en 2010 y el pago de un finiquito prorrateado en dos años, las cuentas y balances anuales hechas públicas por la formación política la semana pasada habrían estado falseadas.

En el documento referido al 2011, año en el que Bárcenas debería haber cobrado como mínimo más de 200.000 euros en concepto de despido, el PP solo recoge en el capítulo de «indemnizaciones» la cantidad de 170.098. Hay que tener en cuenta que en ese apartado también entrarían las indemnizaciones de trabajadores del PP despedidos en ese ejercicio no solo la del extesorero. Portavoces del partido reconocieron ayer que el dinero que se pagó aquel año a Bárcenas salió de la partida de sueldos y salarios. Un origen legal al tratarse de un trabajador más.

Pero, a pesar de estas revelaciones, el secretismo más absoluto siguió instalado ayer en la dirección popular. Los portavoces del partido se negaron a desmentir o confirmar la relación laboral hasta finales de 2012. Es más, ni siquiera negaron de manera tajante que Bárcenas, aún hoy, pueda tener algún tipo de vínculo laboral con el PP, aunque ya no sea trabajador asalariado. Tampoco quisieron desvelar qué dirigentes populares decidieron que el extesorero siguiera empleado en el partido sin función alguna. Y ni una palabra de si Bárcenas, tras dejar de ser trabajador del PP en diciembre recibió, entonces sí, un finiquito. Y mucho menos la posible cantidad.

Ateniéndose a la única información dada por el PP, el comunicado que mandó tras revelar este periódico que el extesorero siguió cobrando del PP hasta hace seis semanas, el último pago mensual desde las arcas del partido a Bárcenas fue a principios de diciembre de 2012. Aproximadamente diez días antes, el 20 de noviembre, el Departamento Federal de Justicia y Policía de Suiza había enviado al Ministerio de Justicia español la documentación que desvelaba que Bárcenas llegó a tener cuentas en el país helvético con un saldo de 22 millones de euros. Esa comisión rogatoria no salió del departamento que dirige Alberto Ruiz-Gallardón hasta el 29 de noviembre con destino a la Audiencia Nacional, donde no tuvo el sello de entrada hasta el 3 de diciembre. Para entonces, la relación laboral entre Bárcenas y el PP ya debía haber terminado o estaba en sus últimos días.

El vicesecretario de Organización del PP, Carlos Floriano, mantuvo pese a todo la versión del partido. El extesorero, dijo ayer en el Congreso, recibió «un pago de una indemnización que se iba a hacer mensualmente y el abono de los gastos de la Seguridad Social. No es ni la primera vez que se hace ni supongo que será la última, es algo que se viene haciendo y lo hizo el PP».