Kim Jong-un en una reunión con miembros de su Gobierno en la que se ve el teléfono móvil. :: AFP
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El misterioso teléfono de Kim Jong-un

Una instantánea revela que el dictador norcoreano utiliza un 'smartphone' HTC, la única marca políticamente aceptable

SHANGHÁI. Actualizado: Guardar
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Parece una imagen cualquiera, de esas que la agencia oficial KCNA envía periódicamente como prueba de vida de su líder: el dictador norcoreano, sentado a una mesa llena de papeles y con un cigarrillo encendido entre los dedos, habla con dirigentes de su Gobierno en una reunión. Pero hay un elemento novedoso en la instantánea. En cualquier otro país pasaría desapercibida, pero la presencia de un 'smartphone' sobre la reluciente madera es toda una revelación en Corea del Norte, un país en el que estuvieron prohibidos los teléfonos móviles hasta 2008 y en el que es necesario buscar pistas en los detalles más pequeños para descifrar la realidad.

Por eso, cada vez que se publica una fotografía de Kim Jong-un los servicios de inteligencia de la hermana capitalista sacan la lupa en busca de indicios que les permitan desentrañar el rumbo que tomará la hermética dinastía comunista. Pero en esta ocasión no pretendían leer lo escrito en los documentos de la imagen para confirmar si es cierto que una tercera prueba nuclear es inminente, sino descifrar qué modelo de teléfono utiliza el joven Kim.

A primera vista quedaba claro que el aparato negro no es un Iphone, algo que habría desatado una ola de hilaridad en la comunidad internacional. No, el tercer Kim no ha picado el anzuelo de la superpotencia imperialista. Entonces, la prensa de Seúl se preguntó quién fabrica el teléfono al que confía sus secretos el presidente norcoreano. Las opciones no eran demasiadas: surcoreano, taiwanés, o chino.

La marca Samsung se apresuró a confirmar que el terminal no es suyo. Tal asociación habría incomodado tanto a la multinacional surcoreana como al Gobierno norcoreano, que nunca ha admitido ser inferior tecnológicamente. No, el teléfono de Kim tampoco es un Galaxy. Así que el cerco se fue cerrando. Los fabricantes chinos, a pesar de ser 'amigos', todavía no han alcanzado el estatus suficiente para alguien que se ha educado en Europa, así que finalmente preguntaron a HTC, el fabricante taiwanés, y dieron en la diana. «Apreciamos el apoyo de todos nuestros usuarios», respondió la marca en un lacónico comunicado en el que declinó identificar el modelo.

Sin duda, Kim Jong-un tiene suerte. Porque en el país que gobierna solo un millón de personas tiene teléfono móvil. Y pueden utilizarlo exclusivamente con el operador nacional -que está asociado con la compañía egipcia Orascom- únicamente para hacer llamadas nacionales y enviar mensajes de texto. Como mucho, se pueden conectar a una intranet local controlada por completo por Pyongyang. Nada de tentar al extranjero o navegar por Internet para descargar Angry Birds.

Aparatos clandestinos

Acceder a la Red solo está al alcance de los norcoreanos que residen cerca de la frontera con China, cazan la señal de los operadores chinos, y utilizan aparatos clandestinos traídos del gigante asiático. Son unos 2.000 y se juegan el cuello -poseer teléfonos ilegales está severamente penado-, pero se cuentan entre las fuentes más preciadas de los servicios de inteligencia de países como Corea del Sur, Japón o Estados Unidos.

Los pocos extranjeros que visitan el país pueden entrar con sus aparatos desde este año, pero los servicios a los que tienen acceso con la red de Koryolink son muy limitados: llamadas internacionales -no a Corea del Sur-, y a los números de las embajadas extranjeras en Pyongyang y a hoteles con licencia para acoger a turistas foráneos. Hablar con un norcoreano todavía está prohibido, no vaya a ser que al visitante se le ocurra criticar el último gran cambio del país: la semana pasada el régimen decidió despojar a la gran escultura del segundo Kim, Kim Jong-il, de su abrigo de bronce para vestirlo con un anorak del mismo material. Que no se diga que los dictadores no son 'cool'.