El PP rectifica y despide al marido de Ana Mato tres años después por «coherencia»
Cospedal acepta que su partido cometió un error al contratar a Sepúlveda en 2009 pese a estar imputado en el 'caso Gürtel'
MADRID. Actualizado: GuardarEl PP dio ayer un volantazo en toda regla. Lo que hace una semana no era posible, la rescisión del contrato que vinculaba a Jesús Sepúlveda, marido de Ana Mato, con el partido, lo fue de la noche al mañana. «Nos ha parecido oportuno terminar con esa relación laboral», sentenció la secretaria general, Dolores de Cospedal. Sus palabras hicieron añicos los trabajados argumentos que empleó hace siete días su vicesecretario de Organización, Carlos Floriano, para defender su permanencia en la formación.
La número dos del PP explicó que el despido, efectivo desde ayer, cumple con la legislación en vigor, es decir, que Sepúlveda no ha recibido compensación alguna más allá de lo que marca la reforma laboral del Gobierno. Y defendió la decisión porque el PP tiene que ser «coherente» con sus principios respecto a los imputados en causas judiciales y, además, debe tener «una conducta ejemplar»; un modo claro de reconocer una conducta inapropiada. «Rectificar es de sabios y no tengo ningún problema en decirlo». apuntó.
Sepúlveda, imputado en el sumario de Gürtel por los presuntos delitos de cohecho, tráfico de influencias y blanqueo de capitales, renunció en marzo de 2009 a la alcaldía de Pozuelo de Alarcón, el municipio con renta per cápita más alta de España. Las investigaciones policiales apuntan a que entre 2000 y 2004 percibió cerca de 430.000 euros de la trama que dirigía Francisco Correa a cambio de concesiones urbanísticas, y un informe de la Unidad de Delitos Fiscales y Económicos del 1 de febrero señaló que en esos años había recibido más de 60.000 euros en regalos, entre ellos un automóvil 'Jaguar', viajes gratis y fiestas para él y su familia, incluida su esposa, la ministra de Sanidad, Ana Mato, de la que está separado.
Al conocerse la imputación, el PP suspendió de militancia a Sepúlveda, situación que se mantiene. Pero en septiembre de ese año, solo seis meses después de la dimisión y del castigo, y tras una reunión con Mariano Rajoy, fue contratado. El exalcalde de Pozuelo era un hombre de peso en el PP, no en vano ingresó en la organización cuando aún era Alianza Popular, como asesor en el área electoral. También formó parte, junto a la que entonces era su esposa, del 'clan de Valladolid', un grupo que en la segunda mitad de los ochenta se formó alrededor de José María Aznar.
Relación desconocida
Su última relación laboral con el partido, sin embargo, era desconocida para muchos dirigentes del partido, que solo se enteraron de que estaba en nómina cuando trascendió la semana pasada que hacía «trabajos» para la organización, aunque nadie ha sido capaz de precisar cuáles, para qué departamento trabajaba ni mucho menos cuánto cobraba. Sepúlveda, además, trabajaba en su casa y no pisaba la sede del PP en la madrileña calle Génova 13 por «decisión expresa» de la dirección del partido.
Cospedal dio como única razón justificativa del despido «la situación que se ha provocado». El hecho de que Sepúlveda fuera un asalariado del PP motivó un fuerte rechazo en las filas de la propia formación. Todos los dirigentes consideraban en privado que era inaceptable. Una opinión corroborada después por las encuestas de algunos medios de comunicación, que en porcentajes altísimos rechazaban esa relación laboral. La dirección del partido gubernamental quiso evitar que el fuego fuera a mayores y zanjó el problema con el despido fulminante.
Un gesto que dejó desairado a Floriano, aunque la secretaria general dijera que no estaba «desdiciendo en absoluto» a su colaborador. El vicesecretario de Organización apuntó el pasado 4 de febrero, entre otros argumentos, que el hecho de que Sepúlveda estuviera imputado no era razón objetiva para el despido, un criterio rebatido por numerosos abogados laboralistas porque se puede alegar transgresión a «la buena fe contractual» para romper el vínculo laboral con procedencia.
Si había presión interna en el PP para cortar los lazos con Sepúlveda, otro tanto se puede decir para que Mariano Rajoy destituya a su esposa. La ministra de Sanidad, sin embargo, está segura en su puesto por el momento tras las cerradas defensas que hicieron el viernes Mariano Rajoy y la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría. Cospedal recordó que ambos fueron «lo suficientemente claros y tajantes» y así se ahorró dar nuevos argumentos en defensa de Ana Mato, con la que nunca ha tenido una relación fluida.
No piensan lo mismo otros dirigentes del PP, que abogan por tomar medidas drásticas con la ministra por mentir sobre la relación con su marido, del que no se ha llegado a divorciar, y por aceptar los regalos y viajes de la trama Gürtel. El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, reclamó explicaciones «más contundentes» después de escuchar a Rajoy. También la presidenta del PP de Madrid, Esperanza Aguirre, reclamó la dimisión de Ana Mato.